La toma de posesión de Javier Milei como presidente de Argentina no sólo fue controvertida por el anuncio de la terapia de shock de la economía en su gestión -que en los hechos ya inició con la devaluación del peso, tratando de ampliar el horizonte de las exportaciones y la compra de dólares para pavimentar su uso-, sino también por los grupos de neonazis que asistieron y que revelan la inspiración ideológica del nuevo gobierno.
En el caso concreto de Argentina, Juan Domingo Perón y Eva Duarte, “Evita”, permitieron la migración de exnazis que venían huyendo de la Segunda Guerra Mundial y que garantizaron inversiones y coimas (mordidas) al entonces presidente y la precursora del peronismo, movimiento político que dio origen al partido populista más célebre del país trasandino del cono sur.
Los exnazis en Argentina se unieron al grueso de simpatizantes del fascismo italiano, corriente que tuvo y tiene una presencia importante en las ideologías radicales que han nutrido al militarismo en ese país. Cabe recordar que las dictaduras militares han sido una constante y que la de Rafael Videla se caracterizó por su matiz fascistoide y de persecución de la izquierda y los trabajadores.
Milei es un facho y es proclive a las enseñanzas de los planteamientos económicos de Hayek, teórico del liberalismo que nutrió al nazismo, por lo que su admiración es paralela a las implicaciones del nazismo en Argentina y la implantación de una ideología radical que, como peculiaridad, oscila entre la defensa del nacionalismo en términos de unidad y la defensa de la globalización capitalista.
El peluca Milei creará un clima de anticomunismo recalcitrante y persecución de las ideas de la izquierda, pero también de cualquier planteamiento que se oponga al ultracapitalismo de la “libertad…de mercado”, porque la libertad social en torno al Estado democrático de derecho le estorba a Milei y hará lo posible por limitar toda expresión libertaria que no se adhiera o interprete la libertad del “carajo”.
Un neonazi como presidente es lo único que le faltaba a un país que, además de sufrir una profunda crisis económica, está por enfrentar una inenarrable crisis política.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
