Los yerros de Salinas

Cuando asumió la presidencia de la Liga Mexicana, Javier Salinas parecía un político en campaña, prometiendo mejores entradas y más ingresos. Su primer error fue trasplantar el modelo futbolero de la liguilla y dividir la temporada en dos minitorneos que nunca arraigaron en el público, a excepción de los equipos que llegaron a la final.

Los ocho que no calificaron a los playoffs tuvieron que apechugar las pérdidas del mes de inactividad y sus peloteros se quedaron sin cobrar ese tiempo. El experimento resultó tan fallido que los dueños de los equipos ya dieron marcha atrás y regresarán a la temporada larga el año entrante.

Otro yerro de Salinas fue la difusión, que resultó muy deficiente: hubo mayores restricciones para las acreditaciones, y como resultado, no siquiera medios deportivos sacaban información, pues además la página oficial de la Liga presentaba pocos datos y se tardaba en actualizar.

Se dijo que habría transmisiones abiertas por televisión en el 7.2 y en el primer torneo se transmitió algún juego los sábados desde Puebla, Tijuana o León, sin ninguna publicidad. Eso sí: había que soportar a comentaristas futboleros que poco conocían del rey de los deportes y que se la pasaban hablando de comida. Para colmo, no se pasó la serie final, ni siquiera por radio.

El juego de estrellas estuvo mal planeado y comenzó casi a las diez de la noche, y con Salinas aprovechando la publicidad.

Durante el segundo minitorneo la cosa estuvo peor: ya no se transmitió ningún partido y se decidió que era mejor hacer resúmenes los lunes y los viernes.

Nos frotamos las manos al ver el primer juego de la Serie del Rey entre los Guerreros de Oaxaca contra los Sultanes de Monterrey, por A más, pero fue atole con el dedo, pues resulta que el resto de la serie la señal se bloqueó para la Ciudad de México y otras.

Resulta evidente la animadversión que tiene Salinas con la Liga del Pacífico, que él afirma haber cubierto y hasta haber sido asesor, cosa que desmintió el presidente de ese circuito.

Suspender los juegos de los martes para alargar el campeonato hasta noviembre no tiene razón de ser, además de acortar algunas series a sólo dos cotejos. Con la mala planeación hubo equipos a los que no vimos esta temporada en la Ciudad de México, como los campeones Sultanes de Monterrey, los Acereros de Monclova, los Rieleros de Aguascalientes y los Saraperos de Saltillo.

En vez de buscar la forma de incrementar la asistencia con promociones, se busca de un plumazo. Se necesita mayor difusión y amor por el rey de los deportes, algo de lo que parece carecer el señor Salinas.

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Por: Jorge Carrasco V.

Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.






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JOSEANDO - Jorge Carrasco V.

Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.