Hidalgo está más cerca de trazar -desde el cambio y transformación del sistema político- la modernidad que habrá de generar mayores oportunidades de desarrollo y prospectiva de crecimiento económico y social.
Claudia Sheinbaum iniciará su gestión con proyectos insignia, entre los que destaca el Tren AIFA-Pachuca, que condensa una obra anhelada de conectividad no sólo terrestre, sino política entre el gobierno federal y el gobierno de Julio Menchaca.
La proximidad e interés político a nivel federal que Hidalgo ha generado, con las constantes visitas de AMLO y ahora de Claudia Sheinbaum, evidencia que la política de escritorio jamás favoreció a los gobiernos que precedieron al de Julio Menchaca y que sólo fueron comparsa de alegorías y retóricas mientras las asimetrías sociales subsistían. Esta cruenta realidad devela que la gestión del actual gobernador -que iniciara desde su actuación en el Senado de la República- ha trazado acuerdos y pactos políticos de larga data y en la autenticidad del encargo público.
En este trazo de vinculación política no pasa desapercibido que Claudia Sheinbaum está encarrilando el 2º Piso de la transformación con un ánimo de modernización en el país, pero, mucho más significativo, Sheinbaum está encarrilando al sistema político a través de una vanguardia hegemónica de Morena que parece no detener nadie y a la cual ya se suma la oposición que, ahora, es la verdadera comparsa política del espectro nacional.
Cuando Andrés Manuel López Obrador ascendió al poder, la oposición jamás imaginó la “operación política quirúrgica” que habría de desarrollar. Sin mayores aspavientos y sin bravatas, AMLO generó instrumentos de control político y del poder gubernamental que han desencadenado la verdadera marea política, que es la marea guinda y que tiene mareada a la oposición que, todavía, no le presenta a la ciudadanía un proyecto político de vanguardia que pudiera intentar cambiar el peso aplastante de Morena.
Por el contrario, en la oposición sólo se aprecia el manejo de las antiguas prácticas clientelares de privilegios y prebendas que avasallan a sus militancias políticas, en alusión no sólo a la Asamblea Nacional del PRI que culminó con la reelección de Alejandro Moreno, sino con la nulidad de la democracia de partido.
Si somos observadores de vértebra, fue AMLO quien pavimentó el camino a la transformación del sistema político en México y vislumbró que las reformas constitucionales eran la mejor forma de operar a nivel del cambio y transformación de los recovecos del antiguo régimen. Esta condición es la punta del iceberg que ahora encarrila Claudia Sheinbaum y que no debería sorprender a nadie.
Frente a la degradación del Estado del antiguo régimen, López Obrador -que fue priista- conoció los intestinos de la política tricolor y, “para que la cuña apriete, ha de ser del mismo palo”, le propinó el caballo de Troya a la casta política de la vieja guardia que hoy llora, “como diría Neruda”, lo que dejó perder por no haber sido el interlocutor de un pueblo con amplias desigualdades y asimetrías sociales.
Encarrilar para no descarrilar, será la batalla cotidiana del 2º Piso del Plan Claudia y ello implica en Hidalgo que las Rutas de la Transformación de Julio Menchaca no se alejen del pueblo, que lo único que pide es un gobierno justo y honesto en el nuevo humanismo político de la nación.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
