El equipo norteño que mejor desempeño tuvo en el nuevo estadio Alfredo Harp Helú, fueron los Toros de Tijuana, quienes ganaron cinco de los seis juegos disputados en el nuevo inmueble y se confirmaron como uno de los más serios aspirantes al título.
En un juego recortado por la lluvia, que nos permitió conocer la cascada Harp y el lago Helú, situados por la zona de los baños del estadio, los astados cayeron por 11 carreras a siete, al fallar el relevo al abridor Carlos Hernández.
Se extrañó a Luis Alfonso Cruz, quien había macaneado a su ex equipo de los Diablos en la primera visita y ahora fue suplido por Isaac Rodríguez.
Sin embargo, los fronterizos tienen una poderosa ofensiva encabezada por Ricky Álvarez con 25 cuadrangulares y 79 producidas, secundado por el cubano Junior Lake 18 y 48, el designado Jesús Valdés.
El enrachado Leandro Castro disparó cuadrangular en los dos primeros cotejos, y el único que batalló un poco, es el recién llegado Yeison Ascencio.
Javier Salazar dejó a los Generales, para llegar a un equipo contendiente, que se da el lujo de tener dos catchers de primer orden como Gabriel Gutiérrez y Xorge Carrillo.
En el segundo juego en el que le regresaron la paliza a los pingos 11 a 8, no lució el abridor Tyson Pérez, pero Tijuana tiene un bullpen bastante efectivo con el veterano Horacio Ramírez, el preparador Jesús Pirela, y el cerrador más pesado de la Liga, Jumbo Díaz con 142 kilos de peso.
En el tercero Orlando Lara lanzó una joya de pitcheo durante seis entradas y completaron la blanqueada Ramírez, Pirela y el recién llegado Matt Ramsey.
En suma, un equipo muy completo que trata de repetir el campeonato obtenido hace dos años.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.