Los políticos engañan con señales falsas

                                       A Roberto Clemente, grandísimo bateador y mejor persona.

Tras días de mucha tristeza, las tareas de rescate han concluido; ahora empieza la ardua y sinuosa tarea de la reconstrucción. En tanto, en la arena de la grilla mexicana el escepticismo social surge ante cuál será el rol que asumirá la clase política, ésta que regatea la filantropía a menos que se pueda publicitar el logo para presumir y pavonearse con miserables «apoyos», en contraste con la sociedad civil que no ha bajado la guardia para seguir abasteciendo a los centros de acopio con víveres y medicinas.

Como en toda novena, existen los peloteros tramposos y oportunistas, los Sammy Sosa, por ejemplo, toletero que rellenaba con caucho a bat para botarla del parque; o fraudes del deporte como el cubano José Canseco, quien hasta la fecha presume de haber consumido anabólicos para elevar su rendimiento y aumentar la masa muscular, embuste que le permitió romper el récord de la mortal combinación de cuadrangulares y robo de bases (el famoso 40-40 en una misma  temporada). Con Mark McGwire y de Barry Bonds la estafa fue de proporciones épicas, ambos quedarán marcados como jugadores que aplastaron los más altos valores del deporte en su afán ruin de romper marcas muy distantes a sus capacidades.

La ambición y la codicia siempre terminan por corromper a la persona, tal como ocurre con la liga de los desesperados, mejor llamados Frente Ciudadano. El trío galaxia, integrado por el niño llorón, la azafata de la trompa floreada-diosa del bótox y el rebelde veracruzano saltimbanqui declaran, y hasta parece que lo sienten, que están muuuuy conmovidos por los efectos de la tragedia; ellos de nuevo engañan a la lastimada ciudadanía proponiendo desprenderse, en un acto de humildad, de los recursos que recibirían del INE, sin embargo hasta la fecha no han llegado las tan prometidas contribuciones.

Anaya, candil de la calle y oscuridad de su casa, promete despedir a la mitad de la administración blanquiazul y entregar el ahorro a los más necesitados. Demagogia, sinceridad, hipocresía, aquí caben todas las dudas, porque como en los juegos decisivos, la estrategia y uso de las señales es la clave para dejar en el césped al rival.

A Anaya lo empiezan a desgastar todos los frentes con los que tiene conflicto, hasta se parece a los Yankees: todos lo odian, pero a diferencia de los mulos de Manhattan con sus casi tres decenas de Series Mundiales ganadas, el panismo -que sólo lleva dos- se encuentra fracturado;  los de Acción Nacional se sienten defraudados por las acciones pragmáticas y unilaterales promovidas por su polémico líder nacional. Quizá así, en tratar de reconciliarse con la corriente tradicional, se explique la incorporación en el orden al bat del polémico Diego Fernández de Cevallos como representante panista del Frente Ciudadano.

En el beisbol resucitar viejas glorias se vuelve una comedia que sólo muy pocas veces funciona, como en aquellos juegos en el Parque del Seguro Social cuando a los Diablos Rojos parecía importarle un cacahuate la afición y permitía al «Tres patines» Ramón Arano pichar un par de entradas a un veterano de 65 años, lo cual, lejos de provocar ternura, suponía una osadía de la directiva escarlata, más allá de las artes y mañas del longevo lanzador que se defendía no con velocidad sino con lanzamientos por debajo del brazo y todavía le quedaban algunos destellos de su grandeza.

Pues así, con un cuarto bat septagenario y totalmente retirado, el joven recurre al viejo sabio para restituir su vapuleada imagen con la franela que sólo conserva el color, porque los principios y los valores fundacionales el rubio queretano prefirió archivarlos.

Así las cosas, las aportaciones del Frente todavía deben esperar, antes deben sujetarse a negociaciones que les permitan capitalizar su sacrificio y obtener algún beneficio en la percepción de la opinión pública. Al momento, el que menos tiene, Movimiento Ciudadano, insiste en entregar todo el presupuesto asignado por el INE a la sociedad; sin embargo, los zurdos del Sol Azteca han sido reacios a quedarse sin el subsidio gubernamental, y siguen diseñando alguna salida que no los deje en el desamparo.

Más egoístas han sido los diestros al objetar que no le entregarán al gobierno priísta todos sus recursos. Así, bajo esta lógica, pueden postergar la entrega de recursos por lo que resta del año. A los del Frente las críticas les hacen lo que el viento a Juárez, ellos ven por sus intereses y que los afectados busquen los apoyos en otros grupos.

Las señales enviadas por la triple alianza de PAN-PRD-MC parecían al principio muy solidarias, pero como ocurre en la política, cada quien ve por lo suyo. En este caso lo de los partidos no es coadyuvar en la reconstrucción, es poner sus fichas en el número correcto, es decir, en la causa que los coloque como los «mártires de la democracia», «redentores”, y ¿por qué no?, «salvadores de la patria». Pura simulación, engaño, robo de señales; en este renglón los partidos, los amos de la ilusión o los trucos, dan cátedra.

Por: Mario Ortiz Murillo

Por vocación sociólogo, de placer periodista. Soy un adicto enfermizo a las buenas y malas películas, especialmente las de culto (para mí). Me considero plural y lucho, desde mi humilde tribuna, en el aula y en la prensa por promover la tolerancia. Fiel seguidor de los Pumas, el mejor equipo de México y de la mejor institución del mundo, la UNAM. Aunque mi verdadera pasión no está en el deporte de las patadas sino en los batazos y las atrapadas. El rey de los deportes, según mi filosofía, debería convertirse en el deporte nacional y mundial por decreto de la ONU. Cuando esto ocurra, prometo jubilarme y dedicarme a bolear zapatos y arreglar bicis.


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TRES BOLAS Y DOS STRIKES - Mario Ortiz Murillo

Por vocación sociólogo, de placer periodista. Soy un adicto enfermizo a las buenas y malas películas, especialmente las de culto (para mí). Me considero plural y lucho, desde mi humilde tribuna, en el aula y en la prensa por promover la tolerancia. Fiel seguidor de los Pumas, el mejor equipo de México y de la mejor institución del mundo, la UNAM. Aunque mi verdadera pasión no está en el deporte de las patadas sino en los batazos y las atrapadas. El rey de los deportes, según mi filosofía, debería convertirse en el deporte nacional y mundial por decreto de la ONU. Cuando esto ocurra, prometo jubilarme y dedicarme a bolear zapatos y arreglar bicis.