Todos los pueblos tienen leyendas de aparecidos, de espíritus de personas muertas que vuelven a este plano de alguna manera, sobre todo en determinadas fechas; narraciones que se crean y llegan a formar parte de la identidad de las comunidades. Ejemplo de ellas son festividades como Todos Santos, como en la Huasteca el Xantolo, que no es otra cosa que el evento religioso del Sanctorum (de los santos); al no poder pronunciar esta palabra del latín, “sanctorum” se convirtió en “xantolo”, con el mismo significado de “fiesta de los santos”.
En el fondo, se trata de la creencia de que los muertos vuelven un día para convivir con los vivos, quienes los honran con ofrendas. Del deseo de recordarlos surgió la hermosa película “Coco”, que a lo mejor usted ya vio, y cuenta la urgencia de los muertos de no ser olvidados para no desaparecer de manera definitiva.
En política es lo mismo: los muertos políticos, sobre todo en época de elecciones, buscan hacerse presentes para seguir viviendo (beneficiándose) de esta actividad, para lo cual arman circo, maroma y teatro, con la única finalidad de seguir respirando el oxígeno de la grilla.
No olvidemos que el 7 de junio de 2020 se elegirá a 84 alcaldes y esto provoca el fenómeno de “los aparecidos” que se apuntan para esa contienda electoral, aunque muchos de ellos no representen absolutamente nada, porque ya son simples fotografías para adornar las ofrendas.
Los muertos-suspirantes del hueso son muy conocidos:
FRANCISCO XAVIER BERGANZA:
Parece esperar los tiempos electorales como el noviembre de las ofrendas para intentar volver a las oportunidades de poder y dinero, que significa estar otra vez en la grilla. El citado chavo-ruco, con evidentes muestras de que el tiempo no pasa en balde, ya se propuso para alcalde de Pachuca; se ayuda de su viejo discurso de ser un opositor del gobernador para ver si vende algo y encuentra a un partido iluso que lo quiera cobijar. En la vida real no representa nada ya, si es que tuvo buenos tiempos, éstos se fueron y ahora es un aparecido del panteón grillo de Hidalgo. Sin embargo, anda espantando en las calles de la polaca y tirando el anzuelo para ver si pesca algo.
CANEK VÁZQUEZ:
Expriista con suerte, del que era su partido recibió puestos de poder y dinero, y cuando vio que las cosas cambiaban, colgó la camiseta tricolor. Saltó del barco, y como en Morena recibían de todo, sin más le dieron el nuevo uniforme; se dice que busca ser presidente de ese instituto, pero buscó una alianza equivocada con Gerardo Sosa, que en este momento parece cerrarle la puerta debido al alejamiento entre la garza mayor y el presidente. Pero, experto en cazar oportunidades, Canek ya se anda promoviendo como aparecido por Pachuca con el método de darse por invitado a esa fiesta, a la cual no parece estar convocado. Sin embargo, mañas son mañas y, como Francisco Xavier, se aparece en el callejón de la grilla por las madrugadas.
JOSÉ GUADARRAMA:
El profe es un zorro para la grilla, y aunque el tiempo ya lo venció, intenta vencer al reloj con trucos que en la mayor parte de las veces sólo lo exhiben. Guadarrama es el caso más representativo de los que pudieron ser y no fueron; en su camino siempre estará la imagen de Jesús Murillo, pero cuando él iba, el de Real del Monte ya venía. El de Jacala no se resigna a ser parte del cementerio político, y junto con el cantantillo y Canek, espanta en las noches sin luna.
CALACAS DE AYER
No debemos perder de vista a quienes ayer fueron figurones y hoy no son más que calacas en el olvido, pero que, viendo la oportunidad, moverán cielo y tierra para hacerse los aparecidos luciendo una fuerza que ya no tienen. Se mueven en el Valle del Mezquital, donde se sintieron dueños de destinos y de cargos importantes; no tienen posibilidades porque sus días de gloria se acabaron, como les sucede a CIPRIANO CHÁRREZ y priistas que se dijeron poderosos y perdieron todo.
GUADALUPE ORONA y MARTHA LÓPEZ RÍOS
Las dirigentes de Antorcha Campesina y de la UNTA buscan desesperadamente hacerse las aparecidas, pese a que AMLO les expidió su acta de defunción cuando afirmó que se acabó la entrega de dinero a los intermediarios que se aprovechaban para quedarse con los apoyos. En tiempos electorales buscan vender la supuesta fuerza que tienen para las urnas, los miles y miles de seguidores que dicen tener pero que a la hora buena no son más que unos cuantos.
Junto con estos, en el callejón de los espantos se aparecen otros atraídos por el sonar de los centenarios de oro que corren en las campañas. En balde sus apariciones, porque su tiempo ya pasó.
Por: Adalberto Peralta Sánchez
Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.