Al igual que hace tres años, cuando se convirtió en presidente municipal de Tula, la tarde de este miércoles, en medio de torrencial tormenta, Ismael Gadoth Tapia Benítez rindió su tercer informe de gobierno ante mil 500 personas y con la presencia del gobernador Omar Fayad.
Todos fueron citados a las 4.30 de la tarde, con el plan de arrancar a las 5; sin embargo, la ceremonia arrancó poco antes de las 6 por el atraso del arribo del gobernador. Se cumplió la instrucción: la ceremonia comienza cuando él salga por la vía aérea de Pachuca. El regidor Elfego Martínez decretó un receso para que una comisión de cortesía saliera por el alcalde y el gobernador.
Guadalupe Peña, regidora panista nombrada para tal efecto, no se levantó de su lugar para cumplir con la encomienda, “en protesta por el mal trato que ha recibido al seno de este cuerpo colegiado”, como había anticipado a sus cercanos.
La clase política se dio cita en el evento. Varios expresidentes municipales, la dirigencia estatal del PRI con Erika Rodríguez y Julio Valera al frente, las organizaciones sociales de Tula, estudiantes de nivel superior como los de la UTT, los actores políticos, con los suspirantes a suceder a Gadoth al frente por supuesto, la delegada estatal de la Profeco, amiga personal del alcalde, y muchos más en un buen ambiente que tal vez ya no se ve mucho en eventos políticos emanados del PRI.
A diferencia de los gobiernos estatales de otros tiempos, Omar Fayad no llegó junto con los titulares de los poderes Legislativo y Judicial, pero entre el público se encontró con el presidente del Congreso local, que es también el diputado de Tula, y en una muy propia cortesía política invitó a Ricardo Baptista a integrarse al presídium.
Sin mencionar datos duros, Tapia Benítez habló de lo que ha sido su administración este último año, y lo hizo con la seguridad que le ha dado la experiencia de ser alcalde y antes diputado local. La gente, sin desbordarse, le aplaudió en 12 ocasiones. El presidente municipal dice que el de hoy es un sano ejercicio por la transparencia, sentencia que hace flotar en el aire el nombre de Allende, su antecesor.
Al terminar su intervención Gadoth, el micrófono de un amplio y bien decorado escenario queda en manos de Norma Román, la síndico jurídico panista de siempre, pero que gracias al PRD ocupa hoy esta posición. Sin problemas transcurrió la lectura de su discurso, de no más de 10 minutos; alineada con el poder, pero con autorización para decir que no siempre han coincidido.
Es el turno del gobernador enfundado en pantalón en color café con un saco a cuadros y corbata verde; dedica varios minutos a reconocer la presencia de muchos, pero con la inevitable omisión de otros. Su intervención es de apenas unos cuantos minutos menos que la del alcalde, durante la cual habla de los logros de su gobierno, con especial énfasis en los empleos generados, la inversión conseguida y el apoyo a la educación.
La inseguridad le merece especial atención y da cuenta del C5i, de los cientos de cámaras instaladas para la seguridad de los hidalguenses y de los arcos carreteros. La gente aplaude, pero tiene la mente puesta en la interminable racha de muertes violentas que han ocurrido en Tula solamente en la última semana.
La gente escucha con interés. Desde siempre, el gobernador se ha sabido ganar la atención de la audiencia. Al hablar de la buena relación con el presidente Andrés Manuel López Obrador, da pie para que Baptista, vestido muy informal para tan solemne ocasión, aplauda por única vez a lo largo del evento que se llevó dos horas. Ni más, pero tampoco menos.
La gente le aplaude al gobernador, y a pesar de que al evento ya lo comienzan a iluminar las primeras luces de la todavía lluviosa noche, se corea “Omar, Omar”; él insiste en puntualizar que lo logrado a la mitad de su gobierno supera con mucho lo realizado en seis años por sus antecesores. Especial mención le merece el segundo lugar nacional que hoy ocupa Hidalgo como entidad que supera la pobreza.
Así termina el tercer informe del gobierno municipal de Tula. Antes, todos entonamos el Himno Nacional bajo la dirección de Felipe Mendoza Zenteno, hermano de Abraham, el poderoso superdelegado que prefirió no mostrarse ante su pueblo.
El gober, en un hábil movimiento que descontroló hasta a su anfitrión, se le escabulle a la prensa local, que cuando le busca para la tradicional entrevista, ya levanta el vuelo en el pájaro de acero porque Pachuca le espera; mientras Gadoth se deja querer por la gente que le felicita con el tradicional abrazo y de ser posible, la foto del recuerdo.
Por: José Guadalupe Rodríguez Cruz
*Egresado de la UNAM como licenciado en Derecho y Diplomado por el Instituto de Administración Pública de Querétaro y por la Universidad Iberoamericana en Políticas Públicas. *Regidor Municipal en Tula, Secretario Municipal de Tula, Diputado local en la LVII y LIX Legislaturas en el estado de Hidalgo y Presidente Municipal Constitucional de Tula 2000-2003. *Autor del libro “Desde el Congreso Hidalguense” y coautor del libro “Tula... su Historia” *Director y fundador del periódico bisemanario “Nueva Imagen de Hidalgo”, que desde 1988 se pública en Tula, Hgo.