En diversas ocasiones he dejado claro para mis lectores que el universo mediático puede, y en los hechos lo es, una maquinaria de penetración mental de masas, donde no todos los cometidos -y en su mayoría no lo son- buscan politizar y quitar la venda de los juegos de intereses de las élites del poder político y económico que, en México, en estos momentos, se encuentran con sus fuerzas de la derecha asestando golpe tras golpe para generar incertidumbre y desolación sobre el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Es difícil dentro de la historia política, salvo en contados casos, donde un paradigma político de derecha haya resultado reivindicatorio del pueblo -incluso tengo dudas sobradas con la Revolución francesa- porque, en realidad, los esquemas y manejos políticos de Estado de la derecha y su epicentro demoburgués suelen ser los centros neurálgicos del control y avasallamiento del pueblo con maquillaje investido de “democracia”.
En este trazo de alerta social, en Hidalgo el PAN se pronunció fuera de las instalaciones de Infonavit para denunciar la corrupción que aqueja a este instituto de la vivienda, sin creatividad ni ética pública alguna, porque fueron, en expreso y precisamente, las fuerzas del PRIAN las que utilizaron históricamente en México este organismo como red de corrupción y ahora -frente al destape de esa corrupción que se encuentra en investigación por orden de la presidenta Sheinbaum Pardo- pretenden curarse en salud, apersonándose como si se tratara de un asunto novedoso e inédito al que hay que perseguir.
Empero, la beligerancia frente a Infonavit, ahora por las fuerzas del PAN, porque el PRI está más discreto que Boy Scout, se debe a que los programas de reorientación crediticia y asignación de vivienda están causando estragos en los negocios de los cárteles inmobiliarios que por décadas convirtieron a este instituto en el brazo de hambre de los trabajadores que tenían que hipotecar la vida para tener una casita infrahumana de 4×4.
Abran los ojos lectores del espíritu y la crítica político-social.
Estamos en presencia de miles de millones de pesos en una cadena de valor inmobiliaria que, ahora, el gobierno de la presidenta Sheinbaum Pardo se las ha arrebatado a esos cárteles inmobiliarios. Esta condición ya fue tratada desde la cúpula empresarial con la alerta de movilización política, sólo que en Hidalgo las fuerzas del PAN son tan precarias, que afuera de Infonavit se apersonaron Jesús, María y José y el burro que llevaba a Jesús, por lo que fue poco menos que una flatulencia en un huracán.
Empero, estamos viviendo un activismo ampliamente destructivo de la derecha, que ante su carencia de un proyecto político-social viable para la nación, ha quedado postrada frente a la fuerza política de la izquierda en México, que ahora, se encuentra en una cruzada de afiliación política encauzada por Luisa Alcalde, quien ya recibe manotazos y golpes de esa derecha porque su operación política de filiación no sólo ha encontrado cabida en la ciudadanía, sino porque desmiembra hacia un éxodo masivo a la militancia del PRIAN por todo el país.
La beligerancia de este tipo irá en crescendo en la escena política del país.
La maquinaria mediática proclive a la derecha en México ha iniciado una guerra psicológica de amedrentamiento social, pero, frente a los aciertos de la presidenta Sheinbaum Pardo, no ha encontrado el recoveco por donde le pueda asestar el mazazo al gobierno morenista. Por ende, mientras no encuentre el punto débil de Morena, la máxima de Nietzsche, “lo que no puede destruirte, te fortalece”, se cierne de manera inenarrable frente a la fuerza política que ha cobrado el gobierno de Sheinbaum Pardo.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
