El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo la promesa frente a sus electores de frenar la inmigración a su país y no cesará hasta concretarla. Nos guste o no, no dejará el tema migratorio hasta concretar lo que prometió a quienes lo hicieron presidente, y aunque sus iniciativas han sido frenadas hasta hoy, él continúa su batalla en medio de una posición aún ambigua.
Ahora le ha tocado a los dreamers, los más de 800 mil jóvenes inmigrantes en situación aún ilegal en Estados Unidos. El tema migratorio es uno de los cuales divide al partido republicano, con mayoría en las dos cámaras, que ha detenido hasta ahora las iniciativas para poner en marcha una reforma migratoria; sin embargo, Trump se ha lavado las manos y ha encargado a los partidos la búsqueda de una solución para legalizar el estatus de estos jóvenes.
Recientemente, Trump afirmó que ya estaban bastante cerca de garantizar una seguridad fronteriza masiva, cuando visitó la Florida devastada por el huracán Irma, y encontrar una solución para los dreamers. Una declaración de los demócratas sobre el tema parecía ser la luz sobre un posible acuerdo, pero al final no ha habido nada concreto sino sólo declaraciones que van y vienen.
Lo cierto es que entre los senadores de ambos partidos hay varios proyectos de ley sobre la inmigración y la solución al tema de los dreamers. Por los despachos de prensa se puede deducir la existencia de una posición conciliadora del presidente entre los posicionamientos de los dos partidos, así como su interés por acercar las posiciones para encontrar un acuerdo definitivo.
Para Donald Trump, la seguridad fronteriza pasa necesariamente por la construcción del muro prometido en su campaña y por la negociación de las partidas presupuestales para construirlo, pero no por el reforzamiento de la colaboración con México para regular la inmigración ilegal a su país y contener la inmigración de Centroamérica a través de México.
Sin embargo, el tema de los dreamers se trata de una cuantiosa inversión de su país en los miles de jóvenes que, si bien no tienen aún la ciudadanía estadounidense, ese es su país de adopción y, para muchos, el único país y cultura que conocen.
No obstante, acercar las posiciones sobre migración entre demócratas y republicanos es aún complicado. Los demócratas se oponen a la construcción del muro y cualquier negociación implicaría que el presidente renunciara a su idea de incluir partidas presupuestales para hacerlo. Si eso sucediera, Trump tendría que buscar recursos de otras fuentes para su muro o renunciar a construirlo, algo que podría poner en peligro su reelección, pues sus electores aún esperan que ponga fin al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y que construya su muro.
En una reciente declaración conjunta, los líderes demócratas en el Senado y la Cámara de Representantes, Chuck Schumer y Nancy Pelosi, afirmaron que la flexibilidad del presidente sobre los dreamers podría abrir pasó rápidamente a una ley de protección de los millones de jóvenes ilegales, los cuales podrían ser expulsión del que hoy es su país, pues los demócratas están dispuestos a trabajar un texto sobre la seguridad fronteriza, siempre que no se refiera a la construcción del muro en la frontera con México.
Por: José Luis Ortiz Santillán
Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.