Los 100 días insignificantes y ridículos de Trump

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, manifiesta su inconformidad por lo poco logrado. El magnate se ha esforzado en cumplir sus promesas de campaña y ha hecho hasta lo imposible para materializar las diez leyes prometidas a sus electores en sus primeros 100 días de gobierno; que la resistencia en el Congreso, en el gobierno y en la sociedad civil le haya impedido ir más lejos, es otra cosa.

Trump no ha salido de EU desde su arribo a la Casa Blanca, ha dedicado toda su energía a convertir en realidad sus promesas. Sin embargo, el balance realizado lo ha calificado de ridículo, artificial, insignificante… entre otros epítetos utilizados para manifestar su decepción por sus logros.

Ahora, el mandatario estadounidense se cuestiona el desacierto de haber prometido a los ciudadanos aprobar diversas leyes en temas como impuestos, proteccionismo comercial, obras públicas, desregulación, educación, inmigración, etcétera.

Cien días después de haber asumido el poder, Trump se lamenta de que ninguna de sus leyes se haya materializado aún, y que sólo una haya sido presentada ante el Congreso para derogar el sistema de seguro de salud de Barack Obama, el ObamaCare. Sin embargo, la creación de un nuevo sistema de salud ha enfrentado a una coalición de centro y de ultraconservadores, opuestos a la reforma por diferentes razones, lo cual ha obligado al presidente a dar marcha atrás y buscar salidas para superar las discrepancias.

Aunque el presidente tiene mayoría en el Congreso, la incapacidad de los legisladores para discutir y aprobar sus leyes la ha sustituido con órdenes ejecutivas o decretos, de tal manera que hasta ahora ha firmado más que cualquier otro presidente en ese período. Sin duda los tiempos actuales son más complicados, pero el presidente Roosevelt, elegido en 1933, después de la crisis de 1929, hizo llegar al Congreso 15 leyes durante sus primeros 100 días.

Hay algo que sí ha hecho el presidente Trump en sus 100 días: encargar una serie de estudios para reducir las importaciones de acero de China, para reformar Wall Street, para controlar los visados, entre otros; y fiel a sus promesas de campaña, revocó el Acuerdo Transpacífico de Libre Comercio (TPP) con una docena de países del Pacífico, entre ellos México y Canadá; puso en marcha medidas para desregular la economía, impulsar el crecimiento y el empleo; impuso a un juez en la Corte Suprema de Justicia y desea trabajar ahora para garantizar su reelección por cuatro años más en 2020.

Pero aunque Trump califique el balance de sus primeros 100 días de gobierno como mediocre, está intentando limpiar la Reserva Federal (FED) y el miércoles pasado presentó su reforma fiscal, la cual podría revolucionar la economía estadounidense, aún sujeta a la aprobación del Congreso. Con ello, quiere mostrar su coherencia con sus promesas de campaña y se dispone a recortar impuestos a empresas y PYMES; a recortar el impuesto a sociedades y pasarlo de 35 a 15%; a simplificar los impuestos a las personas físicas y realizar recortes a todos los impuestos, algo que podría afectar su plan de infraestructura, donde pretende invertir un billón de dólares en la mejora de puentes, carreteras y aeropuertos.

Pero quien afirme que Trump no ha hecho nada durante sus 100 primeros días de gobierno, se equivoca, pues cumpliendo su promesa se dispone a derogar todas las medidas que ha calificado de asesinar el empleo y para ello ha propuesto 13 leyes; ha derogado la ley que prohibía a los productores de carbón verter sus residuos en ríos y los productores de gas no tienen ahora que alertar a las autoridades en caso de fuga gas metano.

Respecto a su política migratoria, los medios señalan el incremento de las deportaciones desde la llegada del Trump, pero otras medidas para reducir la inmigración se encuentran congeladas en los tribunales en manos de los jueces y el gobierno no dispone aún de recursos para construir el muro prometido en la frontera con México, proyecto al que no ha renunciado.

Lo más preocupante para México es la nueva política comercial del gobierno de Estados Unidos. Durante su campaña, el presidente señaló repetidamente lo abusivo de los acuerdos comerciales suscritos por su país y prometió reemplazarlos con los acuerdos bilaterales.

Por ahora México y Canadá pueden estar esperanzados a la continuidad de Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en proceso de negociación; no obstante, Trump ha dicho que si no convienen los resultados de la negociación a su país, éste saldrá del TLCAN, como ya lo hizo del TPP. El presidente ha seguido insistiendo en que el TLCAN ha sido muy malo para su país, para sus empresas y trabajadores, prometiendo hacer cambios muy grandes para deshacerse del TLCAN.

Tomar como referencia los resultados de los primeros 100 días de gobierno de Trump para calificar lo que será su gobierno puede ser un error. Lo único cierto es que nadie puede confiar en el impredecible Donald Trump, pues si bien hasta hoy no se observa una guerra comercial de gran magnitud contra México y China, como todos esperaban, acaba de revivir con Canadá la guerra de la madera y se dispone a imponer aranceles a las importaciones de acero y de aluminio, lo cual indica que es una tempestad que podría convertirse en huracán en cualquier instante.

Foto del avatar

Por: José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.


ARCHIVADO EN:




Foto del avatar

CONTEXTO ECONÓMICO GLOBAL - José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.