La agitación política causada por los estruendos preliminares sobre la Reforma Electoral que perfilaría, entre otras cosas, la no reelección en cargos públicos y el nepotismo de la herencia dinástica en la política, ya perfilan dentro de la reforma al monopolio al Poder Judicial en Hidalgo dos años difíciles en el escarceo de las arenas políticas para el gobierno de Julio Menchaca, que tendrá que extinguir las liturgias fallidas del antiguo régimen.
Hasta ahora, la impotencia de la derecha en Hidalgo ha marcado en sus liturgias políticas escenarios fallidos, donde sus retóricas en contra del gobierno de alternancia de Julio Menchaca han sido inocuas frente al capital político que el gobernador exhibe a todas luces y que presenta rendimientos políticos crecientes frente a la proximidad ciudadana de las Rutas de la Transformación.
Mis queridos y únicos lectores, elevemos el espíritu y la razón. Debemos analizar los contrastes de las liturgias fallidas de la derecha en Hidalgo, porque en ellas se admiten los signos de la descomposición de sus fuerzas.
El colapso del dinosaurio
El colapso del dinosaurio del parque jurásico del antiguo régimen ha llevado a una defección masiva de sus estructuras partidistas y, en el caso concreto del PRI Hidalgo, la afiliación que ha emprendido su presidente Marco Mendoza es poco menos que el ocaso de una era política que ha resultado poco menos que la quimera del oro, por lo que todo indica que cuesta arriba es la rodada.
Los gritos de la llorona
La predisposición para recuperar lo perdido en el PRIAN Hidalgo, no ha sido acompañada ni de autocrítica frente al cisma político que experimentaron el 2 de junio de 2024 y, mucho menos, en la lección aprendida en los despropósitos ocurridos en la reelección de Alejandro Alito Moreno y Carolina Viggiano en la dirigencia del partido tricolor.
Ni de chile ni de dulce
Las inconsistencias de las fuerzas políticas de la derecha en Hidalgo son de tal magnitud que no han podido contener el éxodo y la desbandada política de sus partidos. Signo inequívoco del quiebre político de sus bases militantes frente a la derrota política y a la verticalidad del poder y las contradicciones de cúpula.
La última y nos vamos
La inopia política en la que han caído las fuerzas de la derecha en el Congreso de Hidalgo, donde ninguno de sus pronunciamientos tiene peso de redireccionar las acciones de las fuerzas de Morena o trazar un camino de diálogo parlamentario que les permita figurar en la opinión pública, marcan un panorama desolador, en el que un desierto tiene más vegetación que sus actuaciones legislativas.
Los escenarios de las liturgias fallidas de las fuerzas de la derecha se multiplican y perfilan un panorama incierto frente a la sucesión transexenal del 2028. Mientras que a contraflujo político, Morena, a todo vapor, acelera el proceso de afiliación que lo mismo en la Huasteca que la zona Otomí Tepehua se apresta a cerrar la pinza política para que la centralidad operativa, desde la metrópoli de Pachuca, aseste el golpe político final en la extensión del poderío guinda en Hidalgo.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
