Redacción
Luis Miguel fue detenido este martes en Los Ángeles, California, en cumplimiento de una orden que emitió una juez el pasado 18 de abril por ignorar en repetidas ocasiones las citas judiciales por el caso de su ex mánager, al que le debe más de un millón de dólares.
El cantante, de 47 años, comparecerá ante la jueza en las próximas horas para responder por un caso que se remonta al año 2015. Los errores e incumplimientos de contrato le costaron al intérprete demandas millonarias a las que ahora se enfrenta.
El pasado 24 de marzo, el tribunal advirtió a Luis Miguel que si no se presentaba a mitades de abril en la audiencia que había prevista en Los Ángeles, la juez iba a dar luz verde para que las autoridades estadounidenses le detuvieran. El artista no acudió a su cita, la juez cumplió con su palabra y hoy Luis Miguel se encuentra en dependencias judiciales.
Brockhaus, su ex mánager, le pide una indemnización de algo más de un millón de dólares (en concreto, 1.043.483 dólares) por incumplir su contrato mientras fue su representante, entre 2013 y 2015. Brockhaus era un empresario texano a quien le pidió que fuera su representante por la amistad que tenía con su esposa, Michelle Salom. El pasado 1 de marzo, la juez Virgina Phillips decidió embargar al cantante su lujoso coche Rolls Royce para que sirviera para pagar parte de la deuda.
Por otro lado, la acusación presentó en febrero la solicitud para que preste declaración Joe Madera, un asistente durante años muy cercano a Luis Miguel, por su presunto conocimiento sobre los hechos que se deben dilucidar en el tribunal. “Un interrogatorio de Madera ante el juez es necesario para conocer el paradero de los bienes de Luis Miguel”, expuso en su escrito el abogado Kenneth J. Kelly, también en representación de Brockhaus.
El cantante tiene otros dos frentes abiertos: su discográfica le reclama una deuda de cuatro millones de dólares, y Alejandro Fernández le pide otros siete millones por una anunciada y prometedora gira conjunta que nunca se concretó.
