Las enseñanzas que han dejado las campañas

Algunas de las enseñanzas que dejaron las campañas son: la oposición sigue sin aceptar la realidad y sólo ellos ven resultados favorables; el proyecto político rebasó al presidente de Morena Hidalgo, y la gran farsa la protagonizó el PT, que insistía en que era aliado de Morena, pero cada que podía atacaba al gobernador.

A poco menos de una semana de que concluyan las campañas electorales parece que las cosas ya están definidas en muchos municipios de Hidalgo, así como en los distritos electorales y en las senadurías. Sin embargo, se espera que en estos últimos días se agudice la guerra sucia en contra de los contendientes que van a la cabeza de las preferencias electorales.

Si no pasa nada raro, Morena se proclamará como el partido hegemónico en la entidad, con la mayoría de municipios que gobernará los próximos años, además de diputaciones federales, las senadurías y el Congreso local, que servirá de mucho al jefe del Ejecutivo, Julio Menchaca, para consolidar su gobierno y generar las condiciones políticas convenientes.

De la oposición hay poco que decir, en virtud que se ven debilitados, particularmente el PRI, que ante las condiciones desfavorables ya empezó a recurrir a las históricas prácticas que mejor domina como las descalificaciones y la confrontación; no obstante, lo que hoy ocurre con este instituto político es producto de sus desatinadas decisiones, pero ellos siguen haciendo cuentas alegres y sólo ellos ven resultados favorables y un mundo color de rosa.

Esta campaña, particularmente, deja muchas enseñanzas, principalmente a Morena, quien ya instalado en el poder no ha logrado ser organizado ni solvente en el quehacer político, porque su dirigente estatal Marco Rico ha quedado rebasado en este proyecto de gran altura y es que son muchas y muchos los candidatos que se han sentido desamparados por parte de su dirigente, lo que significa que no sólo no trae los hilos, sino que no ha sabido consolidar el proyecto partidista que encabeza.

La gran farsa electoral de esta campaña la ha asumido el Partido del Trabajo con Gerardo Sosa y sus terratenientes, quien en todos los municipios del estado ha generado encono, malestar social y por todas las formas hizo de la mentira su narrativa electoral, ya sus candidatas y candidatos insistieron ser aliados de Morena, sin embargo, cada que pudieron mandaron misiles al gobernador Julio Menchaca, queriendo medir fuerzas y mostrando lo que históricamente han hecho, que es contravenir al oficialismo.

No es sorpresa para nadie que este partido echará mano de la estructura universitaria, condicionando calificaciones en las asignaturas de las y los estudiantes y posiciones de decisiones en el caso de la plantilla laboral. Cada vez más, hay denuncias anónimas de estudiantes y trabajadores universitarios de que son obligados a votar por las conveniencias del clan Sosa, aún en contra de su voluntad.

Ya instalados en la antesala de la elección, se espera que el proyecto del mandatario estatal se fortalezca y se consolide su proyecto político que le permita caminar sin sobresaltos en su administración. También se espera que en el gabinete haya enroques que ayuden a refrescar el trabajo que vaya encauzando el próximo proceso electoral, con caras nuevas y talentos políticos de altura.


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