El triunfo del partido demócrata en Estados Unidos, a través de Joe Biden, y lo ocurrido en México en las elecciones de Coahuila e Hidalgo, son evidentes luces de alerta para el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Y es que, con todo y que en las semanas previas a la elección en EE.UU., AMLO guardó prudente silencio después de su visita en julio al país del norte para entrevistarse con Donald Trump, es evidente que el Gobierno Federal mexicano le apostaba al triunfo del republicano.
Para muchos, esa postura de López Obrador nunca estuvo clara ni justificada, sobre todo, si se toma en cuenta que desde siempre Trump ha agredido a los migrantes connacionales y ha tenido actitudes francamente negativas para con México. Basta recordar la decisión de construir un muro a lo largo de la frontera entre ambos países, más las constantes y variadas embestidas verbales de este personaje.
Ante este bélico clima, AMLO optó por hacer mutis, aunque durante sus campañas ofreció no permitir una ofensa más a los paisanos, pero lo cierto es que permitió todo y todavía en su visita a Estados Unidos declaró a Trump como un “gran amigo de México, de quien sólo hemos recibido respeto”.
¡Qué lejos está hoy México de mantener una relación de iguales con Estados Unidos! ¿Se acuerdan de los motivos esgrimidos al crear la Guardia Nacional? El actual gobierno dijo que uno de sus principales motivos era devolver la seguridad y la tranquilidad a los mexicanos. Por supuesto que ese importante objetivo no se ha cumplido en lo más mínimo.
Hoy en día la inseguridad es más grave que antes de la creación de esta figura, pero eso sí, en nuestras fronteras norte y sur la Guardia Nacional se ha dedicado a impedir, a corretear a mexicanos y habitantes de otras naciones de Centroamérica para que ya no entren a la Unión Americana.
Sin embargo, el martes pasado el voto de los estadounidenses decidió que el próximo presidente sea Joe Biden y lo que ahora nos queda a los mexicanos es desear que la relación entre ambos países sea más respetuosa, más de iguales a pesar de la desigualdad.
SE DESCARRILA EL TREN DE MORENA
Pero no solamente es el yerro de AMLO, al “entregarse” sin condiciones a su “gran amigo” Donald Trump, lo que hoy le debe preocupar al presidente mexicano. Hace un mes hubo elecciones en Coahuila y en Hidalgo, y cuando Morena –el partido de AMLO- anticipaba que en ambas arrasaría, confiado en la figura del primer mandatario, los resultados fueron fatales.
En la entidad del norte se renovó la Cámara de Diputados, de los 16 distritos electores Morena no ganó uno; en Hidalgo se había vaticinado que de los 84 ayuntamientos, este partido ganaría cuando menos 60, y resulta que apenas ganó el 10 por ciento de lo calculado.
Con lo ocurrido en estos tres escenarios (las elecciones en EE.UU., en Coahuila y en Hidalgo), es tiempo de que Andrés Manuel López Obrador, tan preocupado siempre por las cuestiones electorales más que por las de gobierno, haga un análisis de cara al proceso del próximo año y el de 2024.
AMLO siempre le ha apostado a su alta popularidad y su éxito radica en las dádivas que, a través de diferentes programas sociales, ha entregado a millones de mexicanos que lo consideran el mejor presidente que ha tenido nuestro país sólo por el hecho de regalar dinero que, claro, no es de él sino del gobierno, o sea del pueblo que paga sus impuestos.
Aquí radica el meollo del asunto: López Obrador está confiado en que con esta populista forma de gobernar va a ganar para él y para su partido cuantas elecciones se atraviesen, pero los resultados en las dos referidas entidades nos demuestran que no es así.
Se sabe, a través de algunas columnas de periodistas con contactos del más alto nivel, que el domingo de las elecciones en México, al ir conociendo los resultados, López Obrador se enojó al grado que le entró un incontrolable temblor que hizo pedir la presencia de su equipo médico.
Es más, se asegura que cuando todo esto ocurría, el presidente le “ordenó” al dirigente de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, que de inmediato desconociera los resultados y acusara un fraude. Sí, igualito que ahora Trump, quien no digiere los resultados que le van a impedir estar cuatro años más en la Casa Blanca, como eran sus deseos.
En este escenario y con un presidente que quisiera estar siempre en campaña, bien vale la pena decirle que es tiempo de poner sus barbas a remojar, porque los triunfos y las derrotas no son para siempre, como a él mismo bien le consta.
BREVES.- Consternados por el lamentable accidente del pasado jueves en la carretera Tula-San Marcos, en donde perdió la vida don Gil Lugo y resultó herido Alejandro Álvarez, hacemos votos por el pronto consuelo de mi amigo Valentín Lugo y de toda su familia de San Francisco Bojay. Sí que es mayor la pérdida de un ser querido en tales condiciones, tal como me lo dijo Vale, pero de tener un accidente nadie está exento; les pido encarecidamente no perder de vista esta realidad. Por otro lado, envío un abrazo a mi amigo Alejandro, mi solidaridad y apoyo en lo que humanamente sea posible.
Vaya también un abrazo para Marce, sus hijas y toda la familia de Lalo Cardoza, que finalmente perdió la batalla después de varias semanas de luchar contra el covid. Fue un político de buen corazón, con mucha sensibilidad y gran capacidad que todavía pudo atender la que sería su última tarea: coordinar la campaña de Alejandro.
Que a todos Dios nos guarde.
Por hoy es todo, nos leemos en la próxima entrega, pero… Entre nos.
Por: José Guadalupe Rodríguez Cruz
*Egresado de la UNAM como licenciado en Derecho y Diplomado por el Instituto de Administración Pública de Querétaro y por la Universidad Iberoamericana en Políticas Públicas. *Regidor Municipal en Tula, Secretario Municipal de Tula, Diputado local en la LVII y LIX Legislaturas en el estado de Hidalgo y Presidente Municipal Constitucional de Tula 2000-2003. *Autor del libro “Desde el Congreso Hidalguense” y coautor del libro “Tula... su Historia” *Director y fundador del periódico bisemanario “Nueva Imagen de Hidalgo”, que desde 1988 se pública en Tula, Hgo.
