Cuando dos películas sobre un mismo tema coinciden en la cartelera, irremisiblemente una de ellas no tiene éxito, y aunque el Pinocho de Robert Zemeckis se estrenó primero que el de Guillermo Del Toro, resultó un fracaso más de la casa Disney, al lado de la fallida Un mundo extraño.
Mientras la encantadora cinta animada de Del Toro cosecha premios y seguramente se llevará el óscar de la especialidad, la de Zemeckis está nominada a los Razzies, que “premian” a lo peor del año. Pero ¿es en realidad tan mala? Luego de sufrirla en la plataforma Disney, tendremos que decir que sí.
Los dibujos animados, que conquistaron al público en 1940, son mezclados aquí con actores y un barniz de modernización que raya en lo ridículo.
Tom Hanks encarna a un Gepetto francamente lamentable, que seguramente engrosará la lista de actores que tienen óscares, pero también Razzies, como Halle Berry.
El taller del carpintero se convierte en una especie de promocional de la casa Disney, con personajes recientes.
La corrección política ha convertido al Hada Azul y a una bailarina poliomielítica en actrices de color, y ya en el colmo del choteo, en la escena final de la ballena, Pinocho se convierte en una especie de superhéroe que nos hizo recordar a Astroboy.
El director de clásicos como Volver al futuro y Forrest Gump cae en la ñoñería y parece pagar tributo al padre tiempo.
Así, pues, si no ha visto este Pinocho disneyano, mejor no pierda el tiempo y quédese con el de Del Toro.
