El cuestionamiento ciudadano, e inclusive de la clase política que la sigue y de la que la impugna, es si Claudia Sheinbaum tiene una visión política de país más allá de la continuidad del proyecto de López Obrador. La respuesta está en la estructura de acción política morenista que adjetivó su candidatura como “defensora de la 4T”, decapitando con ello cualquier especulación de forma y fondo de lo que implica su proyecto de nación.
En estos meses de destape político de Sheinbaum quedó claro que no tendrá mayores inconvenientes para sortear las bravatas de Xóchitl Gálvez, porque la conducción de su proyecto político deja al margen los cuestionamientos de la alianza opositora y se focaliza en el trabajo previo que ha desarrollado el actual gobierno; sin embargo, hasta ahora Sheinbaum no ha mostrado los matices de un proyecto que tenga su sello personal, debido a la fase del proceso y como estrategia de desgaste político para la oposición.
De la lectura política que deja hasta ahora el temprano proselitismo de Sheinbaum sobresale la profundización en materia de construcción de proyectos sociales como el peso sustantivo de su próxima campaña, donde la expectativa de inclusión social perfila el manejo de los esquemas de realización de su futuro gobierno, cuestión que no ha advertido la oposición y Xóchitl Gálvez sigue con sus esquemas de ataque político centrados en los desatinos del gobierno de López Obrador que, a toda costa, pretende cargarle en la espaldas a Sheinbaum, quien no tuvo mayores contratiempos como jefa de Gobierno de la Ciudad de México, por lo que esta postura carece de peso político.
El mejor escenario para Sheinbaum es que centre su visión política en los programas sociales de inclusión y estabilidad ciudadana y que Xóchitl Gálvez continúe con su retórica de bravatas sobre el “fracaso del obradorismo”, porque esta postura de la panista ha desgastado en poco más de dos meses su esquema de atracción política, creando repulsión y desdén social sobre la metáfora de que en 2024 “habrá tiro”, cuando lo que menos quiere la ciudadanía es presenciar un proceso de elección al estilo del viejo oeste entre matones y paladines de la justicia.
La visión política de Claudia Sheinbaum ya marcó distancia y triunfo desde el primer momento que hizo caso omiso a las confrontaciones de Gálvez, porque mandó el mensaje de que mientras la alianza opositora destruye y ofende, la suya construye y respeta.
Consultoría política y conferencias: [email protected]
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
