La última traición precipita la caída del PRI

La puntilla que precipitó la derrota del PRI Nacional y el de Hidalgo fue la serie de renuncias y migraciones que vertiginosamente se presentaron antes de los comicios del 2 de junio, siendo una de las últimas la de Alejandra del Moral, sin olvidarnos de Claudia Ruiz Massieu y Miguel Osorio.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

En los estragos de la alianza Fuerza y corazón por México, no sólo permearon los marcados desatinos de Alejandro -Alito- Moreno, que había declarado la derrota tácita al convocar a Jorge Álvarez Máynez para que declinara en favor de Xóchitl Gálvez, que, días después, acompañó con una de sus clásicas frases lapidarias: “si te hacen falta huevos, yo te presto”; mientras en Hidalgo, la ciudadanía recordaba la ostentación y lujo de Alito Moreno bajándose de un humilde helicóptero para hacer proselitismo político.

 

Todos conocemos el desenlace de la elección presidencial, pero las implicaciones de la retórica de la alianza opositora precipitó su derrota meses antes de terminar la contienda del 2 de junio. En este tenor, la filtración de la conversación entre Alito Moreno y Marko Cortés, repartiéndose escaños en Coahuila como si se tratara de un juego de naipes, resultó la puntilla a la fachada de “pureza y honradez política” que se había tratado de fabricar para cubrir a Xóchitl Gálvez, la cual, en los debates, sufrió por los problemas de transparencia y movimientos financieros anómalos.

 

Los días transcurrieron y la esperanza de los grupos de élite de México se posicionaron tratando de darle fuerza a la campaña de “miedo y terror” con la que inició la candidatura de Gálvez, que en Hidalgo replicó Carolina Viggiano y Francisco Olvera en sus discursos; sin que esto hiciera mella en la ciudadanía.

 

En este vendaval, el PRI Hidalgo, en voz de Francisco Olvera, hizo un llamado días antes de la elección del 2 de junio a que organismos internacionales hicieran visoria de los comicios, alerta que en los años mozos y de gloria del PRI y del PAN, jamás apareció para custodiar una elección, ni siquiera en tiempos de Carlos Salinas de Gortari y la caída del sistema, cuestión que los hizo parecer como el adagio de “al perro flaco se le cargan las pulgas”.

 

Esta atmósfera enrarecida de torpezas y acciones absurdas seguía nutriendo el escenario político en la contienda de mensajes contradictorios de la alianza opositora, al grado que el Consejo Coordinador Empresarial de Hidalgo, el cual se nutre de los cuadros de élite de industriales y sectores afines, jugó sus cartas en favor del gobierno de Julio Menchaca y manifestó su rechazo a Carolina Viggiano, quien en el enfado total llamó a los integrantes del CCEH gobiernistas.

 

Empero, las nubes negras y ventarrones no terminaron allí. La puntilla que precipitó la derrota del PRI Nacional y el de Hidalgo fue la serie de defecciones y migraciones que vertiginosamente se presentaron antes de los comicios del 2 de junio, de las que sobresale la de Alejandra del Moral, excandidata priista a la gubernatura del Estado de México, quien faltando escasos días para que se efectuaran los comicios, abandonó las filas del PRI y se instaló en el proyecto de Claudia Sheinbaum, tomándose la foto al lado de la abanderada guinda a la Presidencia de México.

 

La defección de Alejandra del Moral volvió a encender las alertas en el PRI y la alianza opositora. Alito Moreno minimizó el suceso, pero, nuevamente, la lengua lo traicionó, acusando a del Moral como “traidora” y con ello, nuevamente, también, recurriendo al mazazo de la represión política que meses antes había causado con el golpe de Estado que le propinó al PRI y del que salieron exiliados Miguel Osorio Chong y Claudia Ruiz Massieu, mientras la base militante hacía maletas para arribar a las filas morenistas.

 

En este escenario de poco o nada ha servido el discurso de la cúpula del PRI de la lealtad partidista; esta retórica perdió sentido cuando la base militante por décadas se sintió ofendida y traicionada por esa misma cúpula de partido que no se ha cansado de acusar de traidores al que al interior del partido tricolor resople o empuje el viento en una dirección contraria a la élite del poder.

 

Por si fuera poco, en esta tormenta el exgobernador priista Alfredo del Mazo fue expulsado por Alito Moreno del PRI acusado de “traición política” por entregar el Estado de México a la oposición.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.