Una de las críticas más agudas por las que atraviesan las estructuras de los poderes públicos de Morena en Hidalgo estriba en que la capacidad y cognición pública de muchos de sus representantes y burocracia no está acorde con los alcances del proyecto del 2º Piso de la 4T.
La implementación de la capacitación permanente, instauración de posgrados académicos para servidores públicos y la aplicación de la reingeniería de procesos administrativos, deben ser una constante burocrática.
En este sentido, la cognición y capacitación política es el primer vector que ha sido cuestionado antes de su ingreso al poder de la bancada de diputados guinda al Congreso local. Frente a los estragos de la legislación saliente, las dudas se agigantan y, en un plano incuestionable, también emergen dudas ciudadanas sobre la capacidad administrativa de los cabildos que integrarán la mayoría guinda municipalista del mapa geopolítico de Hidalgo.
Es innegable que el sello que le ha impreso a la capacitación y preparación de los servidores públicos de Morena el gobernador Julio Menchaca, acompaña una reestructuración clara de la burocracia local, que debe dejar atrás los resabios y prácticas que por décadas impuso en la administración pública el antiguo régimen.
Empero, si vas a la guerra (perdón por esta metáfora bélica, que siempre es poco delicada), vas con el mejor contingente que tienes.
Es evidente que en la pasada elección del 2 de junio existieron en diferentes encargos, lo mismo para el Senado que la Cámara de diputados o las alcaldías, razones de sobra para no haber electo a candidatas y candidatos de Morena que, a juicio de la ciudadanía, no daban la talla y estatura que requiere un servidor público por elección democrática popular. Empero, la estrategia de la ciudadanía fue clara: había que desterrar el mal mayor que implicaba la columna vertebral del antiguo régimen y, así sucedió, el mapa geopolítico de Hidalgo se tiñó de guinda.
En estos momentos, delegar (encomendar) el poder a manos menos preparadas sin que exista de arriba hacia abajo una preparación constante y visoria de los servidores públicos de Morena, es un riesgo vital de supervivencia política para el gobierno de Julio Menchaca.
A capacidades y conocimientos insuficientes, rendimientos políticos decrecientes. Quod natura non dat, Salmantica non praestat (Lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo presta), frase aleccionadora de la Universidad de Salamanca que considera que no se puede proporcionar o enseñar condiciones o capacidades naturales o innatas cuando el conocimiento no acompaña a una persona.
En este trazo, la delegación del poder político desde el pueblo por elección democrática popular es una de las zonas de vacío más comunes de la democracia. En los hechos, como apunta Robert Lieberman o Steven Levitsky, (ambos autores escribieron un libro con nombre idéntico y con coincidencias de análisis político, “Cómo mueren las democracias”) coinciden en que una de las mayores zonas de vacío en una democracia es que el electorado delega el poder a servidores públicos incapacitados y muchas veces ignorantes del quehacer político y administrativo del aparato de Estado.
Morena no puede delegar el poder político. El segundo piso de la transformación política de la nación reclama, como lo ha señalado Claudia Sheinbaum, “la profesionalización de las y los políticos”; estructura de cognición de la administración pública, ausente, salvo raras excepciones en Hidalgo y el país en las burocracias que históricamente lo han encauzado.
El gobierno de Julio Menchaca debe encauzar una revolución burocrática que articule una nueva historia en el servicio público y los servidores públicos del estado de Hidalgo. El peso disruptivo de esta revolución de la burocracia en Hidalgo le dará los rendimientos políticos crecientes que requiere el proyecto del 2º Piso de la 4T.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
