La pérdida de la política relacional de Morena

La realidad relacional de la política en el partido hegemónico morenista implica que la reestructuración que vive en Hidalgo debe trazar un trabajo interno de cuadros que refuerce el valor de la militancia y sus bases militantes.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.

La pérdida relacional del partido Morena en Hidalgo con su estructura militante y la ciudadanía que pidió la cabeza de Marco Rico en la visita de Luisa Alcalde, marcan el deterioro de la relación con el líder morenista que, desde hace más de un año, había comenzado una reestructuración política que provino de una preocupación evidente del 4º Piso frente al ascenso y operación del claudismo en Hidalgo.

 

El ejercicio político sólo es válido cuando establece una esfera relacional con sus agentes directos, llámese gobierno y ciudadanía o partido político y base militante.

 

En el partido guinda de Hidalgo ha ocurrido una fractura relacional entre la dirigencia y cúpula orgánica con sus bases militantes; al grado que las arenas políticas en su interior han trascendido, lo mismo hacia el gobierno de Julio Menchaca que en las presiones a los poderes públicos de Hidalgo.

 

Marco Rico aparece como una figura cuyo liderazgo se ha topado con resistencias y reticencias de flujo político en Morena Hidalgo.

 

Es necesario entender que las formas de organización política en Morena Hidalgo se conformaron por los remanentes de las tribus del PRD, el Grupo Universidad, ex priistas y un número de personeros y fuerzas políticas que no tenían una identidad clara de izquierda, amalgama que hoy advierte el peso del desencuentro político frente a las presiones de la cúpula nacional encabezada por Luisa Alcalde.

 

Las condiciones relacionales políticas en Morena Hidalgo suscitan más dudas que certidumbres en la conducción del partido. Sobresalen cuestionamientos de forma y fondo sobre los requerimientos de estabilidad política de cara a la sucesión gubernamental en Hidalgo, donde Julio Menchaca tendrá que dejar no sólo las bases de un gobierno fuerte sino también de un partido hegemónico con mando hegemónico.

 

Un aspecto científico y no de praxis política lo constituye el hecho de que los partidos políticos se erigen como el epicentro de la conducción y proximidad de poder de la ciudadanía con las estructuras gubernamentales. En el caso concreto de Morena Hidalgo, parece lo contrario. Es el gobierno de Julio Menchaca el que conduce a la ciudadanía hacia el partido guinda.

 

Es evidente que en la lógica de la gobernabilidad, Julio Menchaca requiere que el liderazgo del partido hegemónico marque estabilidad política y se erija como un verdadero interlocutor de la ciudadanía.

 

Si algo ha caracterizado a la derrota de la derecha en México es el hecho de que desde los años 90 su erosión en la interlocución ciudadana creó una crisis de representatividad de la partidocracia y del sistema de partidos que los llevó al fracaso político. Por ende, el partido guinda en Hidalgo no puede convertirse en el contrapeso de la gestión de Julio Menchaca. En este escenario, la cohesión del partido guinda en manos de Marco Rico debe ser el epicentro de equilibrio de la radiografía política en Hidalgo; de lo contrario, la mesa estará puesta para que el PRIAN-MC+PT/GU avasalle la conducción de las lógicas políticas.

 

La realidad relacional de la política en el partido hegemónico morenista implica que la reestructuración que vive en Hidalgo debe trazar un trabajo interno de cuadros que refuerce el valor de la militancia y sus bases militantes. Cambiar el enfoque relacional en Morena Hidalgo es la tarea pendiente para controlar las arenas políticas y brindar equilibrio político al gobierno de Julio Menchaca.

 

Con el ascenso del claudismo, México vive un momento de evolución política que oscila con debilidad como un péndulo de presiones de las fuerzas contendientes en la disputa del poder público. En este trazo, el partido guinda en Hidalgo no puede perder la brújula y caer en la involución política en un estado que está ávido de tirar el pasado del antiguo régimen.

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Por: Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.


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CRONOS - Carlos Barra Moulain

Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.