El Congreso de Hidalgo no parece resistirse a los resabios políticos y el ascenso del reparto plurinominal sigue siendo el lastre de la democracia que impele una puñalada trapera a la evolución política de las Rutas de la Transformación.
Los rendimientos políticos decrecientes de la oposición del antiguo régimen en Hidalgo están siendo salvados por el paraíso plurinominal que, desde un sistema político laxo, ha permitido que la voluntad de la ciudadanía pase a segundo término y que, frente a las presiones de la quimérica sobrerrepresentación de Morena, esté dando pasos inciertos en el advenimiento de la comparsa plurinominal en una fase nueva de pantomima política.
La oposición juega un doble estándar: en primer término, presiona sobre la hipótesis fallida de la sobrerrepresentación en el Congreso federal y local de Hidalgo -cuestión que ya fue probada constitucionalmente como falsa-, para tratar de confundir a la población que no lee o que no tiene los medios para imponerse de la verdad, ya sea por pobreza económica o por ignorancia intelectual, intentando un quiebre de poder a la hegemonía de Morena; mientras que en un segundo plano, intenta torcer la interpretación de la ley electoral para acceder y afianzar -de lo perdido, lo encontrado- en la pantomima plurinominal.
Esta estrategia de desgaste político de la oposición en Hidalgo ha surtido efecto, porque la bancada de Morena ha dado toda clase de explicaciones mediáticas de que no habrá “mayoriteo”, en referencia a que no existirá un poder insano en la conducción del Congreso local, cuestión absurda, porque le hace el juego a la oposición al abrir la suspicacia de que la mayoría de Morena en el Congreso puede acceder a un ejercicio insano del poder.
La congruencia de la limpieza de la democracia para la bancada de Morena en el Congreso de Hidalgo estriba en que accedió por las urnas el 2 de junio con la voluntad expresa de la ciudadanía, entonces ¿para qué hacerle el juego a la oposición con declaraciones absurdas y fuera de lugar?
¡No caben vacilaciones en el poder!
El Congreso de Hidalgo en la conducción de la mayoría de los legisladores de Morena debe dar un paso en firme y un manotazo en la mesa, reclamando que lo que se gana en las urnas no se pierde en las curules; por lo que ha llegado el momento de sentar el precedente de una legislatura del pueblo, con el pueblo y para el pueblo.
La firmeza de la bancada de Morena en el Congreso de Hidalgo no puede escindirse ni del amparo a la dignidad de las y los hidalguenses ni al proyecto de las Rutas de la Transformación del gobernador Julio Menchaca, en vinculación directa al Plan Claudia que implica profundizar las conquistas sociales de la 4T, de lo contrario, ¿para qué se quiere y requiere la hegemonía política en el proyecto de nación?
Es evidente que la pantomima plurinominal debe ser extirpada de la ingeniería electoral y del sistema político en México. Es una afrenta a la voluntad ciudadana que queda al margen de la toma de decisión directa de la conformación de la estructura gubernamental; más aún, la pantomima plurinominal viola en espíritu la máxima “sufragio efectivo, no reelección”, al concitar el abandono de la voluntad ciudadana.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
