Ya estamos en los días en que esto de la política, por la elección que viene el 6 de junio, es un movedero de los mil diablos y en que se ponen de manifiesto ambiciones, torpezas y también buenas intenciones. Pero, hay un elemento que no se puede dejar de lado y que enmarca, por lo menos, las fechas en que se dan los acontecimientos: la pandemia.
Los primeros casos en México se dieron en febrero del 2020 y en Hidalgo, el 19 de marzo del mismo año.
Curiosamente, es en tiempo de la pandemia cuando se dan hechos grillos que, mínimo, resultan curiosos, pues tal parece que este virus aparte del daño en la salud de miles de hidalguenses, también hizo su agosto, políticamente hablando, en varios personajes de la entidad.
Los cuales parecen encajar en esta consideración:
GRUPO UNIVERSIDAD Y EL IMPERIO DE LOS CHARREZ
Son dos grupos de poder, que en tiempo de la pandemia, parece que dejan de ser lo que eran e inician un largo y sinuoso camino a la desaparición como equipos poderosos en poder y dinero.
GRUPO UNIVERSIDAD
El Grupo Universidad sufrió un golpe mortal con la detención y encarcelamiento de su líder Gerardo Sosa el 31 de agosto del 2020, acusado de delitos delicados que lo mantienen en prisión por ya casi cinco meses y con pocos signos de su libertad, que aun en caso de darse poco significaría ya para que su grupo vuelva a ser lo que era.
Los efectos en ese grupo han sido terribles, aunque se aferran con pico y garras a sus tesoros. La búsqueda frenética de amparos de gentes como el rector Adolfo Pontigo, de Damián y Agustín Sosa, hermanos de Gerardo, y otros funcionarios de la UAEH, muestran el grado de inquietud y temor que los agobia.
Lejos quedaron las manifestaciones, hasta valentonas, de sus fieles, como la diputada Roxana Montealegre que afirmaba que su jefe era un preso político y que “miles estaremos para defenderte” o la afirmación de la también legisladora, Noemí Zitle, quien se dijo orgulloso de que su líder fuera Sosa, con quien estaría “hombro con hombro”.
Ni hubo miles apoyando al líder preso y el hombro con hombro no se ve. Lo que sí se mira es que con el paso del tiempo las voces callan y dan la impresión de no saber qué hacer ante esta desgracia, que manifestó mucho de lo que vive con el cierre de El Independiente de Hidalgo, que era su presencia mediática en el tono que todos los días mantenía.
Ni modo de no decir que fue en tiempos de la pandemia.
LOS CHARREZ
Fue sin duda un grupo familiar poderoso en el Valle del Mezquital, donde se dieron el lujo de gobernar a Ixmiquilpan dos periodos seguidos con los hermanitos Cipriano y Pascual, y la intentona de un tercer periodo con el otro hermano –Vicente-, que todo indica no prosperó por los abusos en una campaña, que más bien fue del entonces alcalde Pascual.
El desafuero y detención de Cipriano, que era diputado federal, fue el principio del fin de este imperio que se desmorona lenta y dolorosamente.
MORENA
Fue en la pandemia cuando, en nuestro estado, sufrió una paliza a manos del PRI de la que le va a costar buen tiempo recuperarse, por falta de liderazgo valedero y por un desorden que traían, en el que al parecer, todos mandaban y nadie obediencia, hasta el grado de que el Grupo Universidad era quien hacía lo que quería con ese partido.
Ahora ya tienen presidenta y su reto más fuerte es que le quite al partido las plumas y las garras de garza que todavía tiene.
LOS DIPUTADOS LOCALES Y FEDERALES
El tiempo de la pandemia terminó de exhibirlos como lo que son: muy poca cosa, principalmente, los morenos y de ellos las garzas con disfraz de ese partido.
Los locales fueron un desastre, siempre al servicio del hoy entambado en una lucha absurda y abusiva contra el gobernador, sobre todo en el tiempo en que en la presidencia de la Junta de Gobierno estuvo el rey de la machincuepa, Ricardo Baptista, y socios.
Por cierto, intentaron estorbar en las medidas que instrumentó el gobierno estatal contra el covid y se aventaron la puntada de traer de refuerzo al fino Fernández Noroña.
En cuanto a los federales, bastará con decir que jugaron sus cartas contra el estado no moviendo un dedo para apoyar a la que se supone es su tierra.
Aún así, estos diputados locales y federales se quieren reelegir.
Por lo que se ve, no se resignan a no cobrar cada mes un dineral, como si de verdad trabajaran mucho.
OTROS
También víctimas de la pandemia, figuras que un día jugaron con una camiseta y ahora enfundados en otra se lanzan contra la casa que les dio de comer y muy bien.
Usted sabe de quienes se trata.
Y así, la pandemia no solo cobra vidas humanas sino que también ciega la presencia de grillos que parecen irse ya.
Por: Adalberto Peralta Sánchez
Nací el 11 de mayo de 1946 en un pueblito que tiene una laguna con patos y un parque con bancas con el nombre grabado del donante. Una de esas bancas tiene el nombre de mi padre. Estudié Filosofía y ejerzo el periodismo desde hace varios años. Colaborar con mi hijo en EFFETÁ me llena de orgullo. Trataré de hacerlo bien.