Hoy que se intenta prever el escenario post-pandemia en el orbe se ha pretendido que asumamos que la era que vivíamos estaba bajo equilibrio y control, ¿equilibrio y control de qué o para quiénes?
El orden sistémico (mayoritariamente capitalista) en el que vivimos, jamás ha estado ni en equilibrio ni bajo control de la realidad soviets, esta es la quimera de un imaginario que ha trascendido, como dice la Heller, de los sectores dominantes a los desposeídos por la reproducción cultural y comunicacional que se extrema en la educación y en el sistema económico; realidad que se encumbra desde la pobreza inenarrable hasta la desigualdad dantesca.
Bauman admitió la liquidez de una sociedad sometida por estadios de control político y económico cuyos signos de descomposición habían llegado a niveles perceptibles a simple vista, sin utilizar la racionalidad analítica; escenario que muchos rechazaron y satanizaron, pero que a flor de piel mostraba un sistema que se detenía entre alfileres y por el peso de la violencia de Estado.
Por estos argumentos de solidez intelectual que atacan la liquidez sórdida e investida en la ignorancia proclive a la dominación, nos muestra que la “normalidad” nunca lo fue; en los hechos, la pandemia por el COVID-19 ha evidenciado la brutalidad de un sistema que en manos de élite prime y castiga al trabajo asalariado nublándolo a través de la alienación y la ignorancia como figuras de control social.
La pandemia, como he sostenido, no constituiría el talón de Aquiles de este orden sistémico de mierda, porque no arroja lecciones de conciencia para crear un sistema de oportunidades sociales, lo que podemos ver con frases utilitarias tal como: “somos solidarios”, “juntos saldremos adelante”, en fin, un sinnúmero de palos de ciego y cortinas de humo que pocos pueden percibir desde su mordaz intención.
Recuerden mis palabras: nada cambiará, sólo asumiremos la indefensión de un nuevo virus, pero seguiremos siendo una cadena de valor infame que nos mantiene en el inframundo, mientras los sectores que mantienen el control del Estado se cagan de la risa y pueden aguantar mil pandemias porque cuentan con los recursos económicos para ello. No nos confundamos con algunas muertes de personas con dinero, la mayor parte es de la gente que menos tiene.
Nada cambiará, la normalidad no es tal, esconde los apetitos de las élites que engordan a costa del trabajo y sufrimiento de la pobreza de la mayoría.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.