La inoperancia y omisión de las delegaciones

Las y los delegados federales en Hidalgo están cada vez más lejos de la gente, se desconoce qué hacen, su agenda y prácticamente están en el anonimato; además, muchos han querido desconocer el trabajo en equipo con el gobernador Julio Menchaca, lo que es un grave error de cálculo.

Como nunca antes, las delegaciones federales en Hidalgo han sido omisas e inoperantes prácticamente desde la administración federal pasada, y es que pareciera que no tienen interés en involucrarse, en ayudar a la gente o, al menos, no se sabe concretamente qué es lo que hacen, porque pareciera que sus titulares están más interesados en hacer grilla que en trabajar por el pueblo.

 

Históricamente las delegaciones federales trabajan de la mano de los gobiernos locales para robustecer las políticas públicas y capitalizar electoralmente el trabajo en equipo, es decir, siempre se han trazado estrategias conjuntas para buscar la manera de construir camino que al final se traduzca en electorado cautivo y en votos en las urnas.

 

Sin embargo, hoy más que nunca es notoria la falta de empatía de los delegados con la gente, que busca en Morena lo que dejó de encontrar en el PRI, pero pareciera que nada importa cuando se trata de poder y es ahí donde los nulos resultados salen a la vista, porque no hay nada que presumir, únicamente es notoria la distancia que ponen ante la gente y ante el gobierno local.

 

Da la impresión que estuvieran aplicando la ley del hielo a la administración estatal que encabeza Julio Menchaca, porque han pintado su raya y, salvo estrictas excepciones, las y los delegados en Hidalgo han querido desconocer el trabajo en equipo con el mandatario estatal, lo que sería un grave error de cálculo, ya que les guste o no, el líder político estatal es Menchaca Salazar.

 

Ya son muchos años en los que nada se sabe de las y los delegados federales del Bienestar, del Seguro Social, del ISSSTE, de Gobernación, de Migración, entre otros. Nadie conoce su agenda, nadie sabe lo que hacen en general. Se mantienen prácticamente en el anonimato o también se puede decir que en la comodidad de cobrar sin hacer mucho ruido.

 

El desconocimiento de la ciudadanía sobre las competencias de las diferentes delegaciones se puede ver por ejemplo en la confusión de qué delegación es la que trata los asuntos de los mexicanos en el extranjero o la de los extranjeros en suelo patrio. Las delegaciones federales deberían hacer un mayor esfuerzo en la difusión de sus atribuciones para que el pueblo sepa a dónde acudir en sus necesidades.

 

Este es sólo un ejemplo de lo que ocurre con las delegaciones federales en Hidalgo, únicamente se han convertido en cajas de cobro y mientras más agachados estén, pasan más inadvertidos para no tener que rendir cuentas o dar declaraciones ante los medios.

 

Con justa razón la presidenta Claudia Sheinbaum tiene planeado desaparecer las delegaciones federales en las entidades, porque se han convertido en un pequeño paraíso donde lo más difícil es llegar temprano a su oficina, pero vale la pena cuando se trata de cobrar. Ningún hidalguense sabe nombrar a más de tres delegadas o delegados, porque ni siquiera saben que existen.


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