¿La guerra sucia perjudica a Benjamín Rico?

“Benjamín Rico, en el esquema del proselitismo tradicional, intenta advertir que desde el cuarto piso del Palacio de Gobierno se teje una guerra sucia para arrebatarle la presidencia municipal de Pachuca, la cual se disputa con Jorge Reyes, candidato de Morena”.

Conforme avanza el proceso electoral en Hidalgo, el discurso de la clase política del antiguo régimen emerge con la fuerza de las inercias desgarradoras de un pasado que no ha podido superar y que no le ha permitido construir un nuevo modelo de hacer política.

Benjamín Rico, en el esquema del proselitismo tradicional, intenta advertir que desde el cuarto piso del Palacio de Gobierno se teje una guerra sucia para arrebatarle la presidencia municipal de Pachuca, la cual se disputa con Jorge Reyes, candidato de Morena.

Al calor de la contienda política, el gobernador Julio Menchaca ha tenido que hacer frente a los rumores en los medios de comunicación, no sólo por la postura de Benjamín Rico, sino también de Carolina Viggiano, quien ya había comenzado con la guerra de denuncias que hasta ahora ha sido frustrada y no ha tenido los resultados deseados para devolverle la fuerza a un partido del que ya sólo quedan recuerdos de sus buenos tiempos.

Benjamín Rico no ha podido sacudirse el peso del antiguo régimen y del “efecto Sergio Baños. En Pachuca, el viento político sólo lleva rumores en contra de un partido que por décadas la gobernó y que en el imaginario colectivo motiva un rechazo brutal.

Impresiona, sin lugar a dudas, que la oposición del antiguo régimen no encuentre argumentos para modificar la intención de voto a su favor, por el contrario: argumentos como “guerra sucia” victimizan a sus cuadros y los hacen ver desvalidos, moribundos y, por si fuera poco, desahuciados.

En contraste, Jorge Reyes recorre Pachuca con un aire de modernidad política y de proyecto de largo aliento, como lo deja ver su propuesta de equilibrio urbano de la capital, en consonancia con obras de impacto social que aluden a la renovación administrativa del ayuntamiento y, de manera específica, promueve la horizontalidad de la participación ciudadana en el cabildo.

Benjamín Rico tiene en la actual administración a su peor enemigo rumbo al 2 de junio, pues los errores que ha cometido un cabildo ausente e ineficiente le serán cobrados al hoy candidato de la alianza opositora a Morena.

La estrategia del miedo a la que recurre la oposición le está dando a Rico el peor revés político, pues ya se pronostica el carro completo para Regeneración Nacional. La campaña de victimización por la “guerra sucia” no ha surtido efecto para Benjamín Rico, por el contrario, parece que será su epitafio.


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