Valle de los muertos
Esqueletos por todas partes. Entra Mexica seguida por Coyotzin y Kimo.
KIMO: (temeroso) ¿Tenemos que pasar… ¿Tenemos… ¿Por aquí? (Coyotzin le ladra) ¿No podemos irnos… Por otro lado?
MEXICA: Vamos.
KIMO: Yo creo que es mejor buscar otro camino ¿ne?
MEXICA: No debemos perder más tiempo.
Mexica y Coyotzin se encaminan. Kimo quiere dar un paso pero el brazo de un esqueleto le sujeta su cola.
KIMO: ¡Ah!
Mexica voltea, Coyotzin corre hacia él.
KIMO: ¡Quítamelo, quítamelo, quítamelo!
Coyotzin muerde el hueso y Kimo corre hasta Mexica, la abraza.
KIMO: No me sueltes, por favor, no me sueltes, por favor, por favor, por favor…
MEXICA: Es sólo una calaca.
KIMO: ¡Pero me agarró la pata!… Digo, la cola.
MEXICA: Vamos a salir de aquí.
Entra un gran monstruo calavérico y Kimo es el único que lo nota.
KIMO: Q- q-qqq- Q- q-qqq- Q-
Coyotzin comienza a ladrar. Mexica voltea sorprendida.
KIMO: ¡Pero qué madres es eso!
MEXICA: (se pone en guardia) Qué quieres.
El monstruo se mueve lentamente.
MEXICA: ¡Qué quieres!
El monstruo se detiene. Se escucha como si apagaran una vieja maquinaria; se abre un compartimiento y del monstruo sale una pequeña calavera: es Mictlantecuhtli. Kimo ríe.
MEXICA: Cállate, Kimo.
KIMO: No manches, es que velo, ¡velo, si es un calaverita!
Mictlantecuhtli se molesta.
MEXICA: Kimo, cállate. (Kimo ríe más) ¡Kimo, no te rías!
Mictlantecuhtli lanza una luz a Kimo y éste se retuerce de sus extremidades quedando inmóvil.
KIMO: ¡No maaaaaa! ¡No maaaaaaaaaa! ¡no maaa-
MEXICA: Ya sé quién eres, así que primero cálmate.
MICTLANTECUHTLI: (voz infantil) Se burló de mí. Sólo porque estoy chaparro.
MEXICA: Estuvo mal. Muy mal. No debió insultarte.
MICTLANTECUHTLI: Como si estar chaparro fuera algo malo.
MEXICA: No lo es.
MICTLANTECUHTLI: Pero tu amigo se clavó en eso, ora que no se eche para atrás.
MEXICA: Ya lo castigaste suficiente.
MICTLANTECUHTLI: ¡No! Su castigo será quedarse así para siempre.
KIMO: ¡No maaa! ¡No maaa! ¡No maaa!…
MEXICA: Kimo, tranquilo.
MICTLANTECUHTLI: Le voy a quitar la cabeza para que no hable.
MEXICA: ¡No, espera!… Te propongo algo.
MICTLANTECUHTLI: (pausa) No.
MEXICA: Sólo escúchame.
MICTLANTECUHTLI: (pausa) ¡No!
MEXICA: Escúchame por favor. Por favor. Ándale, si no te vas a quedar con la duda.
MICTLANTECUHTLI: (pausa) No.
MEXICA: Bueno, entonces no te digo.
MICTLANTECUHTL: (pausa larga) Está bien, te escucho.
MEXICA: Ora no te digo.
MICTLANTECUHTL: ¡Dime!
MEXICA: No.
MICTLANTECUHTL: ¿Por qué no?
MEXICA: Por que no quiero,
MICTLANTECUHTL: ¡¡Dime!!
MEXICA: (pausa larga) Sé que estás aquí por órdenes de Coyolxauqui.
MICTLANTECUHTL: No, no, no- Para nada, yo sólo- No, no, no-
MEXICA: ¡Oye, no hay problema! No te juzgo por eso. Sólo estás haciendo tu chamba, lo entiendo. Por eso quiero proponerte algo.
MICTLANTECUHTLI: ¿Qué?
MEXICA: ¿De veras quieres saber?
MICTLANTECUHTLI: ¡Sí!
MEXICA: ¿De veras?
MICTLANTECUHTLI: ¡¡Sí!!
MEXICA: Deja a mis amigos fuera de esto y apostamos mi cabeza en lo que tú quieras.
MICTLANTECUHTLI: (lo piensa) Los dejo ir a todos si… Y sólo si… ¡Me derrotan en un juego de pelota!
MEXICA: (pausa) Juega.
Entran tres calacas, una pone un aro en un extremo y otra hace lo mismo en el otro.
MICTLANTECUHTLI: Hay que meter la pelota, sin albur, en el orificio del equipo contrario. La puedes meter como quieras, pero gana quien meta tres “chiotles”, o sea, tres tantos.
MEXICA: Esas no son las reglas. La regla es meterla con la cadera o el codo, pero no con otra parte del cuerpo.
MICTLANTECUHTLI: Pues esas son mis reglas. ¿Te vas a echar para atrás sólo por un detalle legaloide?
MEXICA: (pausa) Sólo aclara algo, ¿esas son todas las reglas?
MICTLANTECUHTLI: Mmh… Creo que les falta un jugador. El juego es cuatro contra cuatro y ustedes sólo son tres.
MEXICA: No hay problema, les damos chance.
MICTLANTECUHTLI: Pues no es cosa de dar chance o no, mi nena. Es que la regla dice que cada equipo debe de tener cuatro jugadores como mínimo. Así que… Creo que ya perdieron por “de faul” (ríe, también las calacas)
MEXICA: Eso es trampa.
MICTLANTECUHTLI: Así son las reglas, mi nena.
MEXICA: Aún así es trampa. Y no me digas “mi nena”,
MICTLANTECUHTLI: ¿Por qué no?
MEXICA: No soy tu nena.
MICTLANTECUHTLI: Uhh… Pues que delicada resultaste, nena.
MEXICA: ¡Vamos a jugar!
MICTLANTECUHTLI: ¡¡No!! Ya perdieron por “de faul” y un contrato verbal es un contrato verbal.
Mexica está a punto de decir algo cuando entra Chac-Mool (rasurado y peinado) corriendo, le falta el aire y respira agotado.
CHAC-MOOL: Yo… Yo soy… Yo soy el cuarto jugador.
MICTLANTECUHTLI: ¿Él también es tu amigo?
MEXICA: No.
CHAC-MOOL: Pero puedo jugar en tu equipo, ¿verdad?
MEXICA: ¡No! Vete. No te necesitamos.
KIMO: A mí tampoco me cae bien pero, si queremos salir de aquí…
MICTLANTECUHTLI: ¿Es de tu equipo sí o no?
Mexica lo mira, Chac-Mool le sonríe.
MICTLANTECUHTLI: ¿Sí o no?
Coyotzin ladra.
MICTLANTECUHTLI: El tiempo se acaba, mi nena.
MEXICA: (pausa) Está bien. Juegas con nosotros.
CHAC-MOOL: ¡Te prometo que no te vas a arrepentir!
KIMO: Nomás no juegas bien y vas a ver, ¿eh?
CHAC-MOOL: Qué te pasa, si yo soy el campeón. ¿No me reconoces? Yo soy Chac-Mool, “el rey balón”.
KIMO: ¡Yaaa!
CHAC-MOOL: ¡De veras!
KIMO: ¡No manches!
MICTLANTECUHTL: ¡Ya cállense! Qué comience el juego.
Inicia música con mucho ritmo. Kimo saca con la bola: se la pasa a Mexica. Kimo sonríe pero al voltear agacha la cabeza porque una de las calacas por poco le corta la cabeza con un machete.
KIMO: ¡Ah, jijo!
Mexica echa la pelota a Chac-Mool, quien mostrando su habilidad en el juego se luce sonriéndole. Ella se molesta.
KIMO: ¡Pásala, no seas personalista!
Chac-Mool se la pasa. Kimo hace una finta a otra calaca, y se la pasa a Coyotzin.
CHAC-MOOL: ¡Échala para acá, perro!
Coyotzin se la lanza. Chac-Mool finta a una calaca, luego a otra, brinca y mete la pelota.
CHAC-MOOL: ¡Chiooooooooooo-tl! (festeja bailando)
MEXICA: No seas pesado.
Mictlantecuhtli da indicaciones a las calacas. Chac-Mool se acerca a Mexica.
CHAC-MOOL: ¿Te gustó mi “chiotl”?
MEXICA: ¡No! Y Coyotzin no es un perro, es un coyote.
CHAC-MOOL: Ta bueno, ta bueno, pero no te enojes pues.
Una calaca saca. Kimo ágilmente le quita la pelota y cuando voltea- brinca y se agacha para esquivar un machetazo.
KIMO: ¡Ay, buey!
MEXICA: ¡Pásala, Kimo!
Kimo queda frente a otra calaca, que lo amenaza con una lanza. Kimo le avienta la pelota en la cabeza de la calaca y ésta cae al piso noqueada.
KIMO: (festeja bailando) ¡Yo también juego chido!
MEXICA: ¡Pásala!
Kimo lanza la pelota a Mexica, pero Chac-Mool intercepta el pase y ágilmente la mete en el aro. Coyotzin ladra.
KIMO: ¡No manches, buey, era para ella!
CHAC-MOOL: El chiste es ganar ¿no?
MICTLANTECUHTLI: ¡Calacas inútiles! Yo tengo que hacerlo todo. ¡Observen!
Mictlantecuhtli recibe la pelota, corre y esquiva a Coytzin, luego a Kimo. Chac-Mool lo encara y también lo esquiva. Mexica defiende y Mictlantecuhtli la intenta esquivar pero ella le quita la pelota. Él resbala.
MICTLANTECUHTLI: ¡¡Deténganla!!
Las calacas van contra ella, pero Mexica le lanza la pelota a Kimo. Las calacas, torpemente, van con él. Mictlantecuhtli quiere ir a ayudarles pero Coyotzin lo sujeta de un hueso.
MICTLANTECUHTLI: ¡Suéltame, perro jijo de la mañana!
Kimo le lanza la pelota a Mexica y ella corre para meter la pelota. Mictlantecuhtli se suelta y le lanza una luz en las piernas.
MEXICA: ¡Ah!
Ella cae al suelo lastimada y Chac-Mool encara a Mictlantecuhtli.
CHAC-MOOL: ¡Nadie le hace eso a mi novia!
MEXICA: ¡No soy tu novia!
CHAC-MOOL: (sentido) ¿De veras no lo eres?
Mictlantecuhtli golpea por la espalda a Chac-Mool, quien cae inconsciente.
MEXICA: ¡Chac-Mool!
Kimo toma la pelota y la mete en el aro.
MICTLANTECUHTLI: ¡Me lleva la que me trajo!
MEXICA: Ganamos. Ahora cumple tu palabra y déjanos ir.
MICTLANTECUHTLI: ¿Y tú crees que eso a mí me importa?
MEXICA: Hicimos un contrato verbal. ¿Ya lo olvidaste?
MICTLANTECUHTLI: Pero son mis reglas, así que por decreto yo me declaro ganador. ¿Eh? Qué te parece. Y si no te parece no me importa. Aquí, en el valle de los muertos, sólo se hace lo que yo diga. Y si no te gusta, pues ni modo.
MEXICA: Cumple con tu palabra.
Mictlantecuhtli ríe.
KIMO: Ya valió.
MICTLANTECUHTLI: ¿Y qué piensas hacer? ¿Sacrificar a uno de tus amigos? ¿O a los tres? Digo, los dos; porque se me hace que el sangrón ese ya está bien muerto.
Mexica saca el Xiuhcóatl.
MICTLANTECUHTLI: (temeroso) Tú puedes salir de aquí, pero tus amigos morirán. Eso lo sabes. Si no te quedas quieta los mato ahora mismo. ¡Ya párale o los mato! ¡Los voy a matar si no te calmas! Me cae que los ma-
Mexica corta el aire con un sagaz movimiento y Mictlantecuhtli cae fulminado al suelo.
KIMO: ¡Changos!… Ora sí se lo cargó el payaso.
Salen las calacas corriendo asustadas y tropezando entre ellas. Coyotzin y Kimo llegan con Mexica.
MEXICA: (los abraza) Ustedes son mis mejores amigos.
Los tres voltean a ver a Chac-Mool.
KIMO: Murió por la patria. ¿Lo enterramos?
MEXICA: No está muerto, Kimo. Pero tenemos poco tiempo para llegar a Tenochtitlán. (a Chac-Mool) Estás bien loco.
KIMO: (celoso) Yo también estoy loco.
Mexica mira el horizonte.
MEXICA: Nos queda mucho por hacer. El equilibrio del Altepetl debemos reestablecer.
Detrás de ellos se levanta, lentamente, Mictlantecuhtli. Mexica y Coyotzin voltean.
KIMO: ¿Qué, qué, qué? ¿Por qué me ven así?
Kimo voltea y pega un grito del susto.
KIMO: ¡Ay, buey! No manches, no manches, no manches. ¡Otra vez ese buey!
MICTLANTECUHTLI: No pueden matarme. ¡Ya estoy muerto! Pero ustedes no, al menos hasta hoy. ¡Y hoy morirán!
Mictlantecuhtli invoca una fuerza poderosa y se dispone a destruirlos, pero lo interrumpe un grito:
SEÑORA DE MICTLANTECUHTLI (Off): ¡Mictlantecuhtli!
Mictlantecuhtli, nervioso y asustado, busca a su alrededor.
SEÑORA DE MICTLANTECUHTLI (Off): ¡Sigues sin obedecerme, Mictlantecuhtli!
Mexica y sus amigos buscan el origen de la voz. Entra la Señora de Mictlantecuhtli.
SEÑORA DE MICTLANTECUHTLI: ¡Qué estás haciendo! ¿Otra vez jugando pelota?
MICTLANTECUHTLI: No, querida, sólo estaba-
SEÑORA DE MICTLANTECUHTLI: ¡Cállate!
MICTLANTECUHTLI: Por favor no me regañes frente a los demás.
SEÑORA DE MICTLANTECUHTLI: ¿Y ustedes quiénes son?
KIMO: ¡Nosotros sólo queríamos pasar, pero él no nos dejó! Por cierto, ¿usted es…
SEÑORA DE MICTLANTECUHTLI: ¡Yo soy su esposa!
KIMO: ¡¿Mi esposa!?
SEÑORA DE MICTLANTECUHTLI: ¡La esposa de Mictlantecuhtli!
La señora somete a Mictlantecuhtli.
MICTLANTECUHTLI: ¡Pero vieja!
SEÑORA DE MICTLANTECUHTLI: No me importan tus explicaciones, yo te dije que hicieras algo y no lo cumpliste. ¡Y te encuentro apostando y jugando pelota como siempre! Pero esta me la pagas, canijo. ¡Me la vas a pagar! ¡Vas a ver cómo te va a ir!
Salen.
KIMO: Yo por eso no me caso.
Iluminación clara proviene de una abertura. Chac-Mool despierta.
CHAC-MOOL: Ay… Mi chirimoya. Pues qué pasó. ¿Cómo quedó el juego?
MEXICA: Ya podemos irnos.
CHAC-MOOL: ¿Ganamos?
Mexica, Coyotzin y Kimo se encaminan hacia la abertura iluminada
CHAC-MOOL: ¿Puedo ir con ustedes?
KIMO: ¡Ya te dijimos que no!
MEXICA: Espera, Kimo
KIMO: Qué.
MEXICA: (pausa larga) Ven. Acompáñanos.
KIMO: (se queja) Chale.
MEXICA: Vamos todos. Jamás abandonaré a uno de mis amigos.
Kimo asiente. Los cuatro salen por la abertura de luz.
Continúa XXV

Por: Serner Mexica
Filósofo por la UAM, estudió la Maestría en la UNAM y el Doctorado en la Universidad de La Habana. Fue Becario de Investigación en El Colegio de México y de Guionismo en IMCINE. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia EMILIO CARBALLIDO por su obra "Apóstol de la democracia" y en el 2011 el Premio Internacional LATIN HERITAGE FOUNDATION por su tesis doctoral "Terapia wittgensteiniana".