A unos días del cambio de mando en la transición sexenal, Morena ya encuadra en Hidalgo los vectores de avances programáticos en las Rutas de la Transformación del gobernador Julio Menchaca sin mayores contrapesos políticos, pero en la expectación del escenario de crisis política de la derecha que ya creó un “nuevo bloque político en Hidalgo”: PRIAN-MC+PT/GU.
Las implicaciones de la construcción del bloque PRIAN-MC+PT/GU en Hidalgo trazan las anomias de la regresión política que vive la derecha en la génesis de la reconfiguración política a nivel nacional. Sin embargo, en Hidalgo el bloque de la derecha tiene intereses lineales. Mientras el PRIAN intentan mantener la brújula de la oposición política en el Congreso local y marcar el rumbo de posibles negociaciones, Movimiento Ciudadano intenta visibilizar la fuerza que obtuvo el 2 de junio con los votos que le arrebató Adriana Flores a Carolina Viggiano, pero sin planificar con inteligencia una nueva conducción política en la entidad. Mención aparte se cuece en el actuar de PT/GU que logró posicionarse a nivel del mapa geopolítico municipal y que ya planifica una expansión política para proteger los intereses del Grupo Universidad y su proximidad al empoderamiento político.
La reconfiguración política a nivel nacional ha provocado en la derecha de Hidalgo que esté intentando orquestar tensión política en el Congreso local, cuestión que inició con el abandono del inicio de la legislatura por parte de las y los diputados del PT/GU, mandando un mensaje abierto a la desobediencia de los protocolos legislativos y políticos al 4º Piso.
En este trazo no se puede obviar que se le sumaron aristas de vientos en contra al Grupo Universidad en torno al zafarrancho protagonizado contra el movimiento disidente REBEL-ARTE, que sostiene con la titular de la Comisión de Derechos Humanos de Hidalgo, Ana Karen Parra Bonilla, condición en la cual la rebeldía del GU es, al tiempo, oposición tácita al gobierno de Julio Menchaca.
En esta arena política el rol del PT/GU se percibe de punta de lanza de la contraofensiva de la derecha en Hidalgo. Esta cuestión apuntala las debilidades por las que atraviesa la conducción política del PRIAN de Marco Mendoza, que mantiene una lúgubre presencia política y a la sombra de Carolina Viggiano.
En este trazo, la versatilidad y experiencia del GU, tanto en movilización estudiantil como en operación política, sobresalen en la conducción del bloque PRIAN-MC+PT/GU. La movilización y operación política resultan idóneas para que este bloque sea un vector político, es decir, tenga magnitud y sentido.
En este entramado, la debilidad de conducción e interlocución política que expresa el PRIAN corre el riesgo de que sea el PT/GU quien dicte la voz cantante en la oposición en Hidalgo. Realidad nada extraña, debido a que la creciente defección y éxodo político de las fuerzas del PRIAN en Hidalgo (incluida la traición en el Senado frente al voto de aprobación de la reforma judicial de Miguel Ángel Yunes Linares que prohijó a Miguel Ángel Yunes Márquez) expresan el quebranto de su fragmentación partidista.
Lo que parecen no advertir personeros del PRIAN como Carolina Viggiano, Marco Mendoza y Claudia Luna, es que en un abrir y cerrar de ojos,el PT/GU pueden adueñarse de la alianza de la derecha y crear un viraje de 180º que podría culminar con el empoderamiento del Grupo Universidad, que había recibido de las huestes de Morena en el Congreso el exilio político. Esto puede dar paso a la génesis de reconfiguración política de la derecha en Hidalgo, sólo que esta vez desde el regreso del GU al poder.