Un pueblo no es libre si la educación que recibe lo encadena al atraso intelectual.
En la inserción del humanismo político -que está promoviendo como fuente teórica del proceso de transformación nacional la presidenta electa Claudia Sheinbaum- se perfila de manera transversal a todas las actividades del Estado. En Hidalgo debe cobrar un nuevo paradigma en la educación pública, donde los conocimientos que desarrollan las y los alumnos fortalezcan la recreación del conocimiento desde la conciencia social, desde este humanismo político de transformación.
En las Rutas de la Transformación el gobernador Julio Menchaca se ha impuesto de los resabios y desigualdades en materia de educación pública en Hidalgo. No se trata sólo de infraestructura sino de la creación de un modelo educativo basado en la conciencia social que implica en nuevo humanismo político que entraña horizontalidad social, imperio de los derechos universales y una cosmovisión de la equidad y concordia social.
En este trazo, el reclamo de la ciudadanía en Hidalgo en educación pública se centra en la generación de oportunidades sociales hacia los vínculos de generación e inserción productiva para alumnas y alumnos. Es necesario que la educación pública en Hidalgo sea privilegiada dentro del financiamiento del estado porque la educación es el único entramado que libera a un pueblo y genera igualdad social.
El trasfondo de la educación pública en el país alude a la desigualdad social. Se trata, en lo sustantivo, de una reflexión crítica sobre el valor y poder de la educación pública para emancipar al pueblo de las asimetrías que subsisten y que hacen de una sociedad instruida la matriz del desarrollo nacional.
La proliferación en Hidalgo de instituciones privadas cuya dudosa certificación pública -no por registro, sino por calidad educativa- es una de las tareas que exige de la Secretaría de Educación Pública estatal mantener y, si no lo tiene, un programa de fiscalización de la calidad educativa, acorde al modelo de educación pública nacional y al proyecto de humanismo político para la transformación social.
Hidalgo es un estado con múltiples rezagos sociales y la educación ocupa una preocupación social que debe ser acogida por el gobierno de Julio Menchaca con la urgencia que reclama instaurar una educación de vanguardia con programas formativos que permitan recuperar el desarrollo y la dignidad humana a la que tienen derecho las y los hidalguenses.
Como expresó Sócrates, más allá de la mayéutica está el valor humano.
La desigualdad social se incuba en la educación que enclaustra el pensamiento y prohíbe la conciencia social, que al tiempo es también conciencia política.
La redefinición del humanismo político en la transformación nacional debe dar en Hidalgo la batalla de las conciencias, fortaleciendo la educación de calidad que hace de la investigación, la recreación del conocimiento y de la transferencia cognitiva no una zona de desarrollo próximo, sino, la zona de desarrollo próximo.
La educación pública en Hidalgo no puede convertirse en ruta itinerante de sexenio en sexenio, porque es el valor expreso del legado de una sociedad que puede pensar y reflexionar en su presente y en la prospectiva de su vida, desde el conocimiento instruido, cuya ilustración sea humanismo político que humaniza a su sociedad.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.