El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum experimenta un encontronazo directo con la estructura burocrática del Poder Judicial. La creciente presentación y proyección de amparos de inconstitucionalidad contra la reforma al Poder Judicial está obstruyendo la operación política del aparato de Estado en torno al proyecto del Segundo Piso de la 4T, lo que pone la lupa en los diferentes estados en materia de procuración e impartición de justicia en esta guerra de trincheras legales.
Este escenario, en Hidalgo presenta una doble ruptura política en un momento donde el clima de la violencia se encuentra cuestionando el equilibrio de la procuración e impartición de justicia y del brazo operativo de la seguridad pública.
La procuración de justicia y seguridad pública engrosan la doble ruptura política. Significativamente, el incremento de asesinatos que se han detectado en Hidalgo ha creado un clima de alarma ciudadana que se encuentra cuestionando los trabajos y alcances tanto de la procuración de justicia como de la seguridad pública. Esta realidad, contrasta con las declaraciones en comparecencia pública tanto de Francisco Fernández Hasbun y de Salvador Cruz Neri que, a contracorriente, visualizan un entorno de avances y logros sociales. Esto es análogo al que va al cine y observa una película y sale contando una historia que nada tiene que ver con la trama.
En la procuración de justicia y seguridad pública la ciudadanía en Hidalgo atraviesa por una relación incierta con la esfera gubernamental. Es difícil plasmar desde la data dura de las estadísticas de las comparecencias públicas un trazo de veracidad con la realidad que experimenta la ciudadanía que, en lo sustantivo, no parece indicar que los problemas de procuración de justicia y seguridad pública son una condición de “percepción”, sino de relaciones causales de la realidad social.
Es evidente que se requiere replantear las estrategias que en materia de control de la violencia y criminalidad presentan un vacío de respuesta ciudadana. No estamos en este escenario en una discrepancia de “visión” entre la sociedad civil y la sociedad política en Hidalgo. No se pueden ni deben crear narrativas paralelas frente a la incertidumbre ciudadana que experimenta los estragos del déficit de la procuración de justicia y la seguridad pública.
Preservar la confianza de la ciudadanía en la procuración de justicia y la seguridad pública son un imperativo de gobernabilidad. En este trazo, el vuelco político que ha implicado el gobierno de alternancia de Julio Menchaca estuvo apoyado en el equilibrio político y democrático que garantizó Santiago Nieto Castillo, el gendarme custodio, de la procuración de justicia y la democracia, quien fue capaz de generar certidumbre social y ganó terreno sobre un capital político que todavía impera en las pesquisas de la Estafa Sintiera en el gobierno de Menchaca Salazar, y la gobernabilidad sistémica que se vio reflejada en credibilidad y legitimidad social.
No es aceptable admitir que las autoridades encargadas de la procuración de justicia y seguridad pública tengan versiones de la realidad que se disocian de las inquietudes ciudadanas, creando facetas distintas de interpretación y, con ello, un trazo de desencuentro social.
La discusión central que debió marcar las comparecencias de Francisco Fernández Hasbun y Salvador Cruz Neri debió presentar un foco analítico que no se escondiera en estadísticas y visiones de percepción. Esto se convirtió en un despropósito público que sólo ha generado malestar e impugnaciones de la ciudadanía que no da crédito a las declaraciones vertidas.
La doble ruptura política que presenta la procuración de justicia y seguridad pública no puede erigirse como una estela sórdida, alejada de la realidad social que afianza el statu quo de las autoridades apelando a una problemática de “visiones y percepciones” o de “casos aislados”; todo ello, en detrimento de la credibilidad ciudadana que experimenta un incremento de la violencia e incertidumbre en Hidalgo.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.