Por décadas los procesos electorales en México estuvieron pletóricos de la suspicacia de la corrupción de Estado, sombra que ha disminuido, pero aún sigue nublando el cielo.
La “caída del sistema”, como se le denominó al fraude electoral ocurrido en la elección presidencial que encumbró a Carlos Salinas bajo el amparo de Manuel Bartlett, titular de la Secretaría de Gobernación, dependencia encargada de organizar las elecciones y que garantizaba una posición de juez y parte debido a que el partido en el poder -el PRI- era la monarquía sexenal perfecta, fue una coyuntura política que dio paso a la creación de lo que fue el Instituto Federal Electoral (IFE), que hoy se ha reformado hacia el Instituto Nacional Electoral (INE).
El INE es el garante de la organización de los procesos electorales bajo prescripción operativa de sus réplicas locales, lo cual ha ganado confianza y transparencia, sin que ello implique que estas condiciones sean absolutas, como lo ocurrido en Hidalgo, donde el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) removió del cargo de consejera presidenta y de consejero del Instituto Electoral del Estado de Hidalgo a Guillermina Vázquez Benítez y a Francisco Martínez Ballesteros, respectivamente, por las anomalías que vulneraron los principios de certeza y máxima publicidad en las elecciones celebradas en octubre de 2020 en la etapa de resultados electorales.
La destitución de Guillermina Vázquez Benítez y de Francisco Martínez Ballesteros, pese a ser una determinación que intenta aleccionar a la estructura de mando del INE en su réplica en Hidalgo, no es en modo alguno un proceso de depuración de la operatividad de estos organismos, y ello requiere revisar sus legislaciones y sus protocolos en los procesos electorales, ya que el ejercicio político es público y en público, cuestión que debe ser perfeccionada.
Hidalgo se encuentra por vivir un proceso político-electoral vital en la composición de vectores y correlación de fuerza política nacional, pues por vez primera no solo está en disputa la alternancia de la gubernatura, sino también el dominio de la zona centro del país que dará como resultado la concentración geopolítica de un espacio de fuerza inédito en México.
El INE atraviesa por un momento de redefinición política porque la redefinición política de las fuerzas partidistas y ciudadanas ha creado una inercia de cambio en la correlación de fuerzas y equilibrios del poder.
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Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.