Durante la campaña a la Presidencia de López Obrador en el año 2018, el partido al que representaba, Morena, se alzaba por primera vez en muchos en años como una verdadera alternativa al poder que ostentaron únicamente dos partidos a lo largo de la vida del país. Su llegada fue un hito en la historia de la democracia mexicana por la cantidad de votos arrasadora, a comparación de la que obtuvieron sus contrincantes. Esto se logró gracias a todos los años que Obrador estuvo en campaña, dado que, aun cuando no era periodo electoral, el tabasqueño se mantuvo recorriendo todo el país en busca de un mayor acercamiento con la gente, lo que le ganó la imagen de un político más limpio. No obstante, en la actualidad, y a tan sólo 6 años de ese suceso, el partido en el poder está en crisis.
Más allá de si la candidata, Claudia Sheinbaum, es la indicada para la continuidad de Morena, la situación dentro del partido cada vez se enturbia más y ese precepto de “primero el pueblo” se ha ido deslavando poco a poco. Esto ha sido evidente en la mayoría de entidades del país que gobierna el partido guinda, como en Campeche, donde la gente ha salido a manifestarse para exigir la renuncia de la actual gobernadora, Layda Sansores, o en Ciudad de México, estado en el que, de no haber sido por la gente afín al partido, el candidato y muy seguramente ganador de la gubernatura hubiera sido García Harfuch.
Sin embargo, no es necesario irnos muy lejos para notar la crisis por la que pasa ese instituto político, ya que, en Hidalgo, está latente. Así lo hemos podido ver en los altercados que surgieron a partir de la designación de los candidatos a nivel estatal, en los escándalos por el uso de censos que buscan ofrecer ayudas a la gente para obtener el voto (lo que recuerda a viejas prácticas utilizadas por otros partidos) o en el abandono de una
curul dentro del Congreso del Estado, tanto de la titular como de su suplente, para obtener, ambas, una candidatura dentro del partido, lo que nos muestra que tal vez el pueblo ya no es primero y que ahora lo primordial son algunos proyectos personales.
La gran evidencia del problema estructural que tiene Morena Hidalgo se presenta en la reciente reunión de la “unidad”, la cual no sería necesaria si el partido estuviera verdaderamente unificado social e ideológicamente, por lo que esto sólo nos hace pensar que dicho encuentro fue más para los reflectores que para mostrarle al pueblo hacia dónde va el proyecto dentro del Estado.
En este sentido, esa “unidad” de la que tanto se habla actualmente ha provocado la llegada de muchos personajes deleznables al partido, personajes que buscan preservar sus privilegios y cuidar sus intereses y los de sus allegados, por lo que la población que aún deposita su confianza en Morena necesita exigir que el partido restablezca su camino. Hemos visto cómo en varios casos la gente ha podido interceder en las decisiones del partido y esto es más necesario que nunca; sin embargo, si la situación no cambia pronto, todo este proceso sólo será un cambio de color y no un cambio que busque lo mejor.
Por: Carlos Nander
Estudiante de la disciplina de las Relaciones Internacionales en búsqueda de los posibles efectos que pueden generar dentro de nuestro país. Amante del conocimiento, la historia y el cine.