Mientras la derecha se encuentra en una pelea de perros impugnándose sobre ¿quién o quiénes tienen la culpa de su derrota?, la transformación desde la Cámara de Diputados continúa como una vertiginosa marea guinda y sus oleajes inundan la escena política nacional.
El gobierno de Claudia Sheinbaum -desde su mensaje de toma de posesión- dejó el trazo de que las reformas no serían detenidas por las fuerzas de oposición y que se habrían de profundizar dentro del 2º Piso de la transformación. En esos momentos, y los primeros días de gobierno, la derecha siguió en la misma inercia y bravatas de que el poder de Sheinbaum Pardo era la tutela de López Obrador, que carecía de mando y carisma político, y que su gobierno sería más de lo mismo y, en los hechos lo ha sido, sólo que pasó de tormenta política a tsunami devastador.
Vimos de cerca que Claudia Sheinbaum no se sentó en su escritorio de Palacio Nacional, sino que visitó Hidalgo para concretar la construcción del Tren AIFA-Pachuca y el cumplimiento de su promesa de campaña por velar la transformación de la ciudad de Tula, en su impulso productivo y limpieza ambiental. Mientras en semanas posteriores a la visita de Sheinbaum Pardo, Luisa Alcalde y Andy López Beltrán iniciaban la reestructuración orgánica y de directrices de las réplicas estatales de su partido, donde Hidalgo también fue de los primeros en ser visitado.
En este trazo, Sheinbaum Pardo ha seguido impulsando y promoviendo reformas políticas como la alternancia efectiva de género para el Poder Ejecutivo, las gubernaturas y alcaldías; al tiempo, la pensión para mujeres y mujeres de los pueblos originarios; la Cumbre CEO de inversión nacional y extranjera; el nuevo paquete de programas sociales y las macro obras en diferentes entidades de la nación.
La creación de nuevas secretarías, donde ya había sido propuesta desde su campaña la Secretaría de la Mujer, se traza desde el pleno de la Cámara de Diputados en la discusión del dictamen que reforma la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, para crear la Secretaría de las Mujeres y la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación. Lo cual se suma, a la creación de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones; y suprime la Secretaría de la Función Pública para convertirla en la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno.
Es pertinente entender que no se trata de un engrosamiento público, sino de una depuración funcional de las secretarías, cuyos alcances políticos concretan la primera etapa de las propuestas de campaña de Sheinbaum Pardo, y constituyen el primer gran golpe al antiguo régimen que inició con la reforma al monopolio de la justicia del Poder Judicial.
Estas medidas insertas en variables de reivindicación social que cuentan con el creciente capital político del gobierno de Claudia Sheinbaum, destierran toda posibilidad de recomposición política de la derecha. El análisis crítico del sistema político en el trazo directo a las medidas reformistas del gobierno morenista, permiten evaluar que la continuidad transexenal está en puerta, que no se trata sólo de operar los programas de reivindicación social, sino de asestar un golpe de autoridad moral a la oposición.
En este espectro vertiginoso del reformismo claudista sobresale el empoderamiento de las masas sociales y la democratización de los instrumentos del Estado para generar adhesión ciudadana en el gobierno. El escenario presenta una ola de desafíos políticos para la derecha, que tendrá que hacer un ejercicio político de autocrítica si pretende transitar, ya no a detentar el poder político, sino hacia conservar lo poco que le queda en el vertiginoso tsunami guinda.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
