La convergencia de Sheinbaum con Menchaca

El mensaje de convergencia de Claudia Sheinbaum en sintonía con Julio Menchaca, no deja dudas que su primer año de gobierno detonará el poder orgánico del aparato de Estado y habrá de culminar no sólo con la reforma del Poder Judicial, sino en la depuración del arquetipo de la impartición de justicia.

Claudia Sheinbaum ha sido reconocida como presidenta electa de México y el trazo de convergencia política con Julio Menchaca cobra una nueva etapa y dimensión en los ejes del Modelo de Desarrollo para la Transformación Social.

El Plan Claudia eleva su dimensión feminista del control del Congreso federal y los Congresos locales por la bancada de Morena, al grado de suficiencia política y proyección gubernamental. Atrás quedan los balbuceos e impugnaciones del antiguo régimen que, hoy, reducido a su mínima expresión, asume devaneos para sumarse a las acciones del naciente gobierno de la continuidad de izquierda y en Hidalgo comienzan las estelas de una nueva vertiente de infiltración política: los simuladores demócratas.

Sin embargo, ¿qué debemos analizar y comprender del discurso de Claudia Sheinbaum en su reconocimiento como presidenta electa en la convergencia con Julio Menchaca?

La lectura política del discurso de Claudia Sheinbaum tuvo dos vectores trascendentes: poder orgánico de la izquierda y bienestar social.

Tanto la connotación de poder orgánico en la izquierda y de bienestar social se insertan en el macro Modelo de Desarrollo para la Transformación Social (2º Piso), que no es otra cosa que el planteamiento de una planificación de Estado entrado en la dicotomía de empoderamiento político y solidaridad ciudadana. Estos elementos han quedado al descubierto en las Rutas de la Transformación de Julio Menchaca, donde cada visita en sus giras se convierte en un escenario de consolidación política y bienestar social.

Cuando Claudia Sheinbaum perfila el poder orgánico del Estado en consonancia con los planteamientos de izquierda, se refiere a un gobierno eficaz, honesto y donde la realización de la tarea pública no puede ni debe ser postergada. Estamos en presencia de la estrategia que hizo posible el ascenso de López Obrador: lucha social y avance programático de gobierno.

En las proximidades del 2do informe de gobierno de Julio Menchaca, el peso sustantivo del empoderamiento de Morena en Hidalgo y los logros de su segundo año de gobierno, se acotan a la necesidad de consolidar la justicia redistributiva -como admite Rawls- para que el combate a las asimetrías de oportunidades sociales permita que el poder orgánico del Estado alcance los indicadores que ha puesto en la mesa el Plan Claudia. No existe reforma al aparato de Estado sin un peso específico de cambio social. En este sentido, Hidalgo es un estado de resabios sociales y atrofia política.

El entramado de la atrofia política que obstruye en pleno empoderamiento de Morena en Hidalgo se ha construido en los resabios de las viejas prácticas orgánicas de la administración pública y la infiltración del gobierno de julio Menchaca, no sólo por personeros del antiguo régimen, sino por los parias políticos que buscan acomodo constante para proteger sus intereses personales. Estas condiciones, claman por imponer una estrategia de depuración política y limpia gubernamental.

El mensaje de convergencia de Claudia Sheinbaum en sintonía con Julio Menchaca hacia la administración de Morena Hidalgo, no deja dudas que su primer año de gobierno detonará el poder orgánico del aparato de Estado y habrá de culminar no sólo con la reforma del Poder Judicial, sino en la depuración del arquetipo de la impartición de justicia que por décadas ha imperado para proteger canonjías de negocios privados, fraudes políticos y espejismo de justica social para redistribuir la riqueza y oportunidades en una nueva era política en México.


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