La reciente visita de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, a Hidalgo ofreció un catálogo de mensajes políticos que van desde lo chusco hasta el nerviosismo que se respira en este tipo de actos públicos, porque aunque su propósito es una agenda presidencial para anunciar nuevos proyectos, hay quienes se cuelgan de este tipo de espacios para promocionar su imagen.
Y es que desde el día sábado muchas funcionarias y funcionarios buscaron el momento para tomarse la foto con la jefa de las Fuerzas Armadas, por lo que desde muy temprano acudieron al municipio de Zempoala para tratar de colarse y asomarse en una especie de alfombra roja, donde confluyeron muchos intereses. Unos políticos y unos económicos.
Personas dedicadas a la política, empresarios, miembros del gabinete y hasta constructores que hace apenas unos años eran aduladores al PRI, se hicieron los aparecidos para tomarse la foto y hacer presencia con imperiosa lambisconería para lograr su cometido de codearse con la nueva clase política del estado, aunque muchos de ellos sin el menor éxito.
En diversas gráficas se pudo observar a la senadora Simey Olvera; al titular de la Unidad de Planeación, Miguel Tello; al diputado federal Daniel Andrade; al secretario de Educación Pública, Natividad Castrejón. Todas y todos con el ánimo desbordado por recibir el saludo presidencial.
Saludos por todas partes, fotos a raudales, todas y todos empolvándose los zapatos y comiendo chatarra callejera con tal de mimetizarse en lo que representa un movimiento de proximidad ciudadana y empatía con el pueblo, faltaba más, todo sea por hacerle creer a Claudia Sheinbaum que en Hidalgo todo marcha de maravilla y que existe unidad en torno a su partido.
Sin embargo, nunca falta el negrito en el arroz, como aquellas dos imágenes, una que supuestamente pertenece al gobierno de Hidalgo, donde durante la transmisión cometieron tremenda pifia en los posts de las redes sociales, con una ortografía del nivel de un becario, lo mismo parece que ocurrió con las redes de Radio y Televisión de Hidalgo, quienes parece que replicaron las mismas fallas.
Ya en la arena política, quien apareció en una fotografía fue la expresidenta municipal de Tizayuca, Susana Ángeles, a quien sus aplaudidores de inmediato aprovecharon la coyuntura para candidatearla e incluso destaparla como candidata a la gubernatura de 2 años, en lo que significa una falta de respeto para el mandatario Julio Menchaca y, para variar, en el fondo de la foto se observa a Simey Olvera tratando de alcanzar a Sheinbaum para lograr la postal anhelada.
No cabe duda que pocas y pocos se saben comportar a la altura de las circunstancias, no cabe duda que a Morena le hace falta mucha civilidad y respeto por sus líderes locales, y como si se estuviera en tiempos definitorios, agitan las aguas sin ningún sentido.
Ojalá su acercamiento a la presidenta hubiera sido para mostrarle su productividad en la administración pública y su trabajo legislativo porque de ser así Sheinbaum se hubiera dado cuenta de que son pocos los perfiles que cumplen con el requisito de transformar Hidalgo.
