La visión social que predomina sobre el gobierno de Julio Menchaca en los primeros dos años de su gestión estriba en lo positivo de su presencia social en las Rutas de la Transformación y en el déficit de representación ciudadana en las mismas. Se trata de un reclamo de horizontalidad ciudadana que pretende ascender a un mayor protagonismo público.
El análisis crítico de la carencia de representatividad ciudadana en la toma de decisiones de gobierno en Hidalgo es un error histórico.
Durante la administración de Omar Fayad se intentó suplantar la participación ciudadana con obra pública y los programas sociales adolecieron del ritmo y acompañamientos ciudadano que permitiera generar identidad de trabajo público. A la inversa, en el gobierno de Julio Menchaca, los programas sociales en las Rutas de la Transformación presentan y generan identidad pública, pero el protagonismo ciudadano es incipiente y esto no tira la línea de la asistencia social de un sistema político disperso.
La coparticipación entre la gestión pública y la ciudadanía es un dilema en América Latina que se intentó subsanar con la creación de las políticas públicas. La construcción planificada de un programa o tarea social se debe realizar desde la toma de decisiones conjunta entre gobierno y sociedad civil, lo que otorga un margen endogámico de comunión política.
La revisión crítica de las Rutas de la Transformación del gobierno de Menchaca Salazar, debe permitir entender como primordial la cohesión política en niveles de legitimidad, credibilidad y consenso ciudadano. Esto le otorga firmeza a la toma de decisiones y permite reorientar la interoperabilidad (comunicación transversal), que ubica que un programa social sea exitoso y responda a la construcción de indicadores públicos por y para la interacción con la ciudadanía.
Reparar el error histórico.
La marginación social que crearon las decisiones de escritorio en el juego de intereses particulares con fachada pública en los gobiernos del antiguo régimen que precedieron al gobierno de alternancia de Julio Menchaca; han engrosado los problemas de las asimetrías sociales, pobreza y derogación de la dignidad humana.
Sí advertimos el peso de los ejes de transformación emprendidos por Claudia Sheinbaum; en Hidalgo la humanización gubernamental debe transitar por empoderar a la ciudadanía en la toma de decisiones de los esquemas de programas sociales, políticas públicas y, desde luego en la comunicación gubernamental entre sociedad política y sociedad civil.
Los sistemas políticos dispersos.
Cuando hablamos de un sistema político disperso, nos enfrentamos a un ejercicio normativo donde las leyes existen, pero su impacto ciudadano se pierde porque no se edifica una ley específica o normatividad para atender su realidad. Es en este trazo, donde el sistema político en Hidalgo y su conexión con el Congreso local exige que la bancada legislativa de Morena ubique leyes específicas para problemas específicos. Por ello, el cruce de las Rutas de la Transformación de Julio Menchaca debe concitar una toma de decisiones ampliada en horizontalidad con lo que dicen, piensan, desean y requieren las y los ciudadanos.
No más hallazgos de escritorio.
Habitualmente las medidas de gobierno que transitan por programas sociales, políticas gubernamentales, políticas públicas e inclusive las políticas de Estado, atraviesan por visiones sin peso de conocimiento endogámico, lo que quiere decir que “alguien”, asesores, visores e inclusive científicos de la administración pública suelen construir estos programas, pero pocos se sitúan en análisis sociales desde propuestas sociales. Los hallazgos de escritorio suelen ir al fracaso.
Inicia el tercer año de gobierno de Julio Menchaca y reparar el error y daño histórico que ha causado el esquema de gobiernos con intereses particulares presentes, para “resolver” los intereses públicos sociales ausentes, se erige como el imperativo de su gobierno humanista.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
