Julio Menchaca: alternancia y diseño gubernamental (Parte II/Final)

El 2 de junio de 2024, la alternancia política de Julio Menchaca pasaba de un gobierno obstruido por la infiltración política y de personeros del antiguo régimen a una reestructuración de cuadros. Jóvenes en ascenso como Jorge Reyes, Alejandro Velázquez y Miguel Tello se erigían en depositarios de una transformación política e ideológica.

Las Rutas de la Transformación abrieron un camino al diálogo ciudadano que, más allá de la petición de apoyo público, generó una asistencia gubernamental centrada en la dignidad humana. Por vez primera en Hidalgo, un gobierno no era sólo retórica. Las palabras vacías de la demagogia acostumbrada y el gatopardismo del antiguo régimen, dejaron su lugar a un gobernador sencillo y mesurado, ataviado con chaleco guinda y en mangas de camisa, consciente de que las heridas de la pobreza, la desigualdad y los contubernios públicos tenían que terminar.

 

El proceso electoral trajo dos impugnaciones sociales para Morena en su partido en Hidalgo: la ciudadanía estimaba que debían aparecer nuevos liderazgos políticos; mientras que el partido guinda sufría enfrentamientos entre la base militante que deseaba la democratización a profundidad, las antiguas fuerzas provenientes del PRD que marcaban la dureza su postura, y la sombra del Grupo Universidad que había maniatado al partido y, desde luego, al Congreso local.

 

Esta radiografía política terminó el 2 de junio de 2024, donde la alternancia política de Julio Menchaca pasaba de un gobierno obstruido por la infiltración política y de personeros del antiguo régimen a una reestructuración de cuadros. Jóvenes en ascenso como Jorge Reyes, Alejandro Velázquez y Miguel Tello se erigían en depositarios de una transformación política e ideológica que iniciaba en la operatividad plena del poder orgánico de la administración pública.

 

La mayoría calificada en el Congreso local trazó para Julio Menchaca el empoderamiento en puerta que coronaba sus esfuerzos desde la armonización del Poder Judicial, el Poder Legislativo y la dirección aguda del Poder Ejecutivo. Era este el momento y de cara a dos años de arduo y complejo trabajo de transición gubernamental, afianzar la zona de la sociedad civil y el despliegue de diálogos con la iniciativa privada; esto permitió el arribo de inversiones y capitales nacionales y extranjeros para la generación de oportunidades sociales.

 

Los problemas de la seguridad pública y el trasiego del huachicol han creado una batalla entre sombras y luces de poder. La seguridad pública presentaba un déficit que en la administración anterior se trató de remediar con la tecnología en seguridad en un macrocentro de acopio, pero fueron acciones vacías y de maquillaje político. Se requería un mando de lealtad que iniciara en la capacitación de los cuerpos de seguridad y visorias a nivel nacional. El desencuentro contra el huachicol generó una respuesta aguda, donde la Guardia Nacional en coordinación con el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo, debilitaron su estructura de operación y dieron paso a una nueva tarea: salvaguardar a la ciudadanía de la delincuencia y el crimen organizado.

 

La proximidad entre Claudia Sheinbaum y Julio Menchaca venía precedida del trabajo de camaradas de antaño. Este fue el escenario y el prolegómeno de una relación de alternancia y diseño gubernamental que en las Rutas de la Transformación y la vinculación de Hidalgo a la zona de desarrollo central que comparte los problemas de la metropolización entre Ciudad de México, Estado de México e Hidalgo, ha iniciado el 2º Piso de la transformación. En este plano, la crisis hídrica que inició en el gobierno de Julio Menchaca con la implementación de un Plan de Contingencia, determinó un trazo de integración operativa y planeación con las entidades de Ciudad de México y Estado de México, logrando una toma de decisión integral a problemas añejos: migración urbana, seguridad y crisis hídrica.

 

Pachuca en el epicentro político. La capital del estado vive momentos de resabio administrativo, se percibe el desánimo social y la frustración colectiva. Es aquí donde la reestructuración del ayuntamiento debe afianzar la consolidación sistémica de las Rutas de la Transformación, no puede seguir siendo un gigante con pies de barro.

 

La cronología de dos años de alternancia y diseño gubernamental de Julio Menchaca, avizoran trabajo arduo y recomposición política. Pero, hasta ahora, algo queda manifiesto en su gestión a viento y marea entre los resabios del antiguo régimen: ¡Primero el pueblo!


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