Hace cinco años apareció por primera vez en la pantalla grande John Wick, un asesino a sueldo interpretado por el hawaiano Keanu Reeves, que bajo el mando de Chad Stahelski, se retiraba del negocio para dedicarse a cuidar a su esposa enferma en compañía de su fiel perro.
Sin embargo se veía involucrado con la mafia rusa.
Para la segunda parte filmada en el 2017, Wick rompe las reglas de la mafia, al ejecutar a un rival en el exclusivo hotel Continental.
El guión de Derek Kolstad y Shay Hatten para esta tercera parte, es una especie de saldo de cuentas.
La cabeza de Wick es puesta en remate por 14 millones de dólares, lo que atrae a todos los caza recompensas del mundo.
Además la aborrecible adjudicadora (Asia Kate Dillon) anuncia represalias contra todos los que ayudaron a Wick, desde el gerente del hotel Winston (Ian McShane), el rey del bowery (Laurence Fishburne) y la directora (Anjélica Huston).
Wick recurre a la sanguinaria Sofia (Halle Berry) para tratar de conseguir el perdón.
Realmente hacía mucho tiempo que no veíamos una película tan sanguinaria como ésta. Wick mata con pistola, ametralladora, cuchillo, sable, y hasta con las propias manos. Lo cierto es que perdimos la cuenta por ahí del muerto 50.
El director Stahelski especialista en escenas de acción, no parece importarle otra cosa que la acción constante durante 130 minutos.
John Wick 3. Parabellum, resulta una avalancha de violencia que será del agrado de los fans del género.
https://youtu.be/tIHKJuHD5Ug
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
