La incursión terrorista de Hamas en Israel, con más de mil efectivos por tierra, aire y mar, conmemorando el ataque de hace 50 años en Yom Kippur (día sagrado del judaísmo), es la historia de una crisis político-religiosa recurrente, cuyo saldo criminal es una herida abierta que no acabará en este nuevo impasse de guerra.
La mayoría de los análisis del acto terrorista de Hamas han construido un escenario erróneo al señalar que sucede en momentos de paz entre palestinos e israelíes, lo cual no es cierto, pues desde la fundación del Estado de Israel en 1948 se han registrado crisis intermitentes con Palestina, Egipto, Siria, Irán y las células islámicas como Hamas, Al Qasam o el Estado Islámico y la yihad.
Es por ello que no se puede decir que el conflicto de las repúblicas teocráticas y fuerzas fundamentalistas contra Israel no ha sido permanente, por lo que las posturas de análisis esconden los intereses creados por potencias como Estados Unidos y Rusia, que han avivado la flama de un conflicto histórico que nunca se habrá de solucionar, porque toca entrañas fundamentalistas y teocráticas que no obedecen a cronologías.
Es absurdo darle tiempo de vida a un conflicto que tiene raíces político-religiosas, por lo que las mismas pretensiones de “pacificación” por parte de la ONU han tenido planteamientos pletóricos de inconsistencia y sin proponer una estrategia para contener el problema, como la presencia permanente de una fuerza militar de paz en la zona, al tratarse de un conflicto que debe ser atendido desde diversas aristas.
La escalada del conflicto arroja cifras espeluznantes y no se ponderan las vidas de los implicados, mientras que los medios informativos están más empeñados en dar la nota roja que en servir de orientadores que alerten la urgencia de la intervención internacional para llegar a acuerdos de paz, situación que hace del conflicto un espectáculo de mercadotecnia noticioso sin escrúpulos en complicidad con los grandes consorcios informativos del planeta, mientras la crisis humanitaria que se vive en la zona es ignorada por las superpotencias.
Consultoría política y conferencias: [email protected]
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.
