La UAEH sigue temblando. El ruido alrededor de las finanzas de la máxima casa de estudios de Hidalgo no se ha detenido, al contrario, parece haberse tornado aún más escandaloso en los últimos días. Una lluvia de declaraciones entre la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la Secretaría de Gobernación y los líderes de la UAEH mantiene a todos a la expectativa.
Mientras las instancias de gobierno dicen una cosa, las declaraciones de la universidad han tomado nuevas direcciones y han apostado por promover la unión institucional entre la desconfianza y el miedo de los trabajadores que resisten, que apoyan. Al final, ellos tampoco parecen entender mucho.
Las teorías son vastas, pues detrás de una movida tan radical los intereses no deben ser pocos. ¿O es un mensaje? ¿Una venganza? ¿Un ajuste de cuentas? ¿Qué es? Ya no podemos estar seguros de nada, las declaraciones públicas de la universidad son de un desconocimiento absoluto de las decisiones de la Secretaría de Hacienda. Hacienda dice que le han notificado todo, los trabajadores asienten con la cabeza frente a las indicaciones de las autoridades universitarias, los alumnos preguntan, los medios preguntan y nadie parece tener explicaciones certeras sobre lo que está pasando.
Mientras son peras o son manzanas, las cosas están lejos de aclararse. Las cuentas de la UAEH y los actos de sus dirigentes siguen bajo la lupa, los secretos a voces han subido su volumen y por fin, después de tantas falsas alarmas, los trabajadores de la UAEH salieron a marchar. ¿Qué más hay por pasar?