Siempre he odiado los magazines y revistas de sociedad por ser lo que son. Es repugnante que en un mundo donde prima la desigualdad, los pendejos que menos tienen sigan pensando que se puede alcanzar la riqueza o que vendrá un príncipe azul para casarse con ellos; es más creíble un informe de gobierno.
Deben reconocer “Hola”, revista española que habla de las casas reales, artistas y gente opulenta; pues este puto magazín, que cacarea desde un viaje hasta la compra un sombrero, ha sacado a la luz pública qué es lo que come la reina Isabel II. No voy a describir su alimentación porque a nadie puede extrañarle qué puede o no comer alguien que lo tiene todo.
Lo repugnante del evento es que gran parte de su reino vive en la pobreza y que no comen ni tienen acceso a los manjares de la reina Isabel II; ella lo sabe, pero esto no le inhibe el apetito, como tampoco se lo inhibe a la casta de parásitos reales que viven de las dietas de la nación.
Lo paradójico estriba en que las casas reales viven de un mito que les ha permitido explotar desde la ignorancia hasta las condiciones religiosas, cuestión que pocos advierten y que en pleno siglo XXI siguen a flor de piel.
Es increíble pero cierto: un mito es más duro que el acero, no se erosiona fácilmente y llena los vacíos mentales, condición más que absurda pero que pocos suelen derribar.
Isabel de Inglaterra vive en la opulencia, sus perros comen a todo pulmón, mientras que su pueblo vive sin que pueda alcanzar esta riqueza que lo vulnera todo, pero el que nace para buey del cielo le caen los cuernos, por lo que los mitos seguirán vigentes a costa de esos bueyes.
Recordemos en este trazo a Diana de Gales, a quien pese a haber vivido una existencia superflua en un cuento de hadas que se convirtió en tragedia, se le rindieron homenajes por doquier, mientras a Teresa de Calcuta poco o nada se le recuerda.
La ignorancia es la perra madre de todos los males, mientras vivamos en ella la desgracia nos rondará.
Este es un perro mundo, los que ven se aprovechan de los ciegos y los ciegos pretenden ver y no saben que las tinieblas ya les fueron impuestas.
Por: Carlos Barra Moulain
Carlos Barra Moulain es Dr. en Filosofía Política, su ciudad natal es Santiago de Chile, encuentra en el horizonte social su mejor encuentro con la historia y hace de las calles el espacio de interacción humana que le permite elevar su conciencia pensando que la conciencia nos ha sido legada por los otros.