La realizadora se da a la tarea de rescatar la memoria de Ziuta Grzybowska, una comunista polaca que tuvo que emigrar con su madre a causa de la Segunda Guerra Mundial, en la que perdió a su familia.
Se dedicó a la enfermería en diversos países como Irán e India, viajando posteriormente a México, donde conocería al que sería su esposo, el actor Max Kerlow., a quien acompañaría en filmes como Frida,de Paul Leduc en la que encarnó ni más ni menos que a la esposa de León Trosky.
Carolina rescata los 14 casetes que guardan la entrevista con su madre sobre diversos aspectos de su vida, incluyendo sus actividades clandestinas en el Partido Comunista Guatemalteco, que estuvieron a punto de costarle la vida.
Con gran cariño recupera además las imágenes de su madre en Recuerdos una cinta de Marcela Arteaga de hace dos décadas y fotos de amigos intelectuales que la conocieron.
Ilustra además el asunto con pinturas propias, animaciones y fotos de la época.
La directora de Cada cosa tiene su historia consigue su filme más personal y entrañable, que resulta un justo y verdadero homenaje para esta ejemplar luchadora social, que nunca abandonó sus convicciones de justicia.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.