Desde la reforma constitucional del 2011 se ha visto un avance sustancial en la difusión de la cultura de los derechos humanos, y por lo menos ya es un lenguaje que es obligatorio utilizar, así lo expresó el catedrático del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Roberto Niembro Ortega.
Lo anterior se debió a la realización de la ponencia “Sentencias relevantes para investigar con perspectiva de género”, con motivo del centenario de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH), en donde expuso diferentes casos de jurisprudencia nacional e internacional para ser tomados en cuenta en investigaciones sobre violaciones a derechos humanos y feminicidios.
Señaló que existe un poco de resistencia a la aplicación de los derechos humanos y la perspectiva de género en algunas áreas del derecho, pero que al mismo tiempo se registran avances en la necesidad de conocer estos temas, de discutirlos y de comenzar a aplicar este lenguaje, “aunque al final todavía tengamos deficiencias en su aplicación”.
Por otro lado, aseveró que el reto que se tiene es la aplicación concreta de esta visión humanista en las diferentes vertientes, ya que explicó que si bien existe la perspectiva de género, también hay otras perspectivas como la interseccionalidad, es decir, la interrelación entre las categorías sociales; del modelo social de la discapacidad o del interés superior de la niñez.
“La aplicación de los derechos humanos implica que cambiemos los lentes con los cuales vemos los temas y con los que analizamos los casos, porque están de por medio derechos, y sobre todo está de por medio que esos derechos protegen a grupos en situación de vulnerabilidad, afectados por desigualdades y discriminaciones históricas”, dijo.
A raíz de los cambios en la Constitución con los que se buscó la protección de los derechos humanos, el especialista remarcó que, para que haya una reforma requiere un cambio cultural, es decir, que no solo cae la responsabilidad en las instituciones, sino que la sociedad logre permear este tema a través de valores como el respeto, la tolerancia y el reconocimiento de los derechos de los demás.
En ese sentido, ejemplificó que la sociedad puede no estar a favor de temas como la interrupción legal del embarazo o el matrimonio igualitario, y aunque pueden representar desacuerdos profundos y totalmente legítimos, se debe reconocer la capacidad de las personas para deliberar sobre estos temas.
Refirió que este cambio cultural se está llevando de manera diferente en cada estado, y que por ejemplo, los operadores de justicia de la Ciudad de México ven la necesidad de incorporar los estándares de derechos humanos, mientras que en el resto de los estados no se tienen registros de esta apropiación en sus sistemas judiciales.
Abundó que, si en una sociedad no existe esa capacidad de cambio de paradigma, y no conoce la importancia de implementar este enfoque humanista a diversos temas, no se generarían las condiciones para que reformas como la del 2011 se lleven a cabo, con lo que sentenció que la apropiación de la cultura de los derechos humanos es esencial.
Por este motivo, estableció que “la cultura de los derechos tiene que ser una cuestión social compartida, no basta con que las autoridades la puedan asumir como propia, sino que es necesario y fundamental que las personas que conformamos la sociedad demanden y exijan la justificación basada en derechos”.
Otra de las estrategias que expuso para que el tema de los derechos humanos se comience a hablar es que se convierta en temas de revisión constitucional, es decir, que se reviertan las decisiones judiciales cuando hay omisiones, y que con ello se convierta en una decisión jurisdiccional que sea vinculante para el resto de las autoridades.
Para esto, comentó que es necesario que los jueces hagan suyos estas visiones y perspectivas que ofrecen los derechos humanos, y que para estas reversiones ya hay referencias por parte de los tratados internacionales, como la Convención Belem do Pará y la Convención sobre la Eliminación de Todas Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), por mencionar algunos.
El académico comentó que no se tiene registro de un impacto que hayan provocado las sentencias con un enfoque de derechos humanos, pero que si hay interés de organizaciones de medir esta cuestión, sobre todo de las transformaciones que pudieran llevarse adelante, con lo que consideró importante medir este impacto.
Cabe mencionar que en la conferencia que dictó a través de las redes sociales, se mostraron diversas sentencias, como el Caso González y otras vs. México, también conocida como “Campo Algodonero”, y el caso de Mariana Lima como referencias al momento de investigar violaciones a los derechos humanos de las mujeres con perspectiva de género.