Uno de los temas centrales en la política exterior de nuestro país y que tiene implicaciones en los diversos sectores que debe atender el Estado, sin duda, es la relación que guardamos con nuestro vecino norte. Recientemente, hemos visto que ha habido intentos por parte de esta administración para ampliar, así como fortalecer aún más sus relaciones comerciales y diplomáticas, no obstante, es innegable que uno de los temas en donde más se tiene que hacer énfasis en materia de política exterior mexicana, por el evidente motivo geográfico, es el vínculo con Estados Unidos; a este respecto, ante la victoria del reactivo Donald Trump, muchos tenían dudas de qué tan capaz sería la nueva presidenta de lidiar con este personaje, y en recientes diálogos que han tenido los mandatarios, Sheinbaum demostró su astucia, inteligencia y, sobre todo, firmeza.
Y es que posterior a que Trump declarara que impondrá el 25% de aranceles a los productos mexicanos, la presidenta no hizo esperar su respuesta y de manera tajante afirmó que, ante esa medida, México sería recíproco las veces que sea necesario, pero advirtió sobre el daño que esto podría ocasionar dentro del Tratado de Libre Comercio (T-MEC) entre ambos países. Esta no sólo es una posición que no se doblega ante las amenazas de Trump, sino que también le muestra la importancia que tiene nuestro país para la economía estadounidense, postura que nunca algún mandatario mexicano había tomado.
Contrario a muchos presidentes de Estados Unidos que dividían los temas de la agenda bilateral de la relación con México, Trump ha buscado mezclar el tema de seguridad y migratorio con el aspecto económico, señalando que debido a que México no ha controlado la crisis de fentanilo ni las caravanas migrantes, en sus primeros días de gobierno, Trump afectará lo establecido en el T-MEC.
No obstante, después de las declaraciones de ambos, tuvo lugar una llamada entre los dos en donde la presidenta dio un golpe sobre la mesa de una forma sumamente diplomática e inteligente, demostrándole a Trump los avances que tuvo la administración pasada en el tema del fentanilo así como en la acogida de migrantes, enseñándole las campañas de divulgación que se llevaron a cabo en contra de la nueva droga al igual que los programas de apoyo a migrantes que arriban a nuestro país y a países de Centroamérica para detener el flujo desde el lugar de origen. Evidenciando que, en realidad, el país con el problema del fentanilo y con el pésimo sistema migratorio, de lo cual México no tiene culpa, es Estados Unidos.
Tanto Trump como Sheinbaum hablaron de que la llamada que tuvieron fue sumamente fructífera, sin embargo, el estadounidense señaló que nuestro país se encargaría de todas las problemáticas y que el Tío Sam prácticamente no hará nada por resolverlo, sin embargo, algunos tweets recientes demuestran que Trump tomó en cuenta las campañas que le hizo ver la presidenta, lo cual nos muestra que Sheinbaum realmente ha marcado una separación con el gobierno anterior, claro, ambos llevan una misma línea pero la “CapitanA” nos ha enseñado que su administración no permitirá señalamientos ni ataques a nuestra soberanía, por lo que tomando en cuenta el calumnioso pasado de Trump, hay que mantenernos seguros de que este gobierno no se dejará menospreciar ni subordinar a los deseos de nuestro vecino más belicista.
Por: Carlos Nander
Estudiante de la disciplina de las Relaciones Internacionales en búsqueda de los posibles efectos que pueden generar dentro de nuestro país. Amante del conocimiento, la historia y el cine.