Guerra comercial impide crecimiento proyectado por el FMI

El Fondo Monetario Internacional (FMI) apuesta por poner fin a las disputas comerciales entre Estados Unidos y China como condición para impulsar el crecimiento de la economía mundial; sin embargo, proyecta un crecimiento global menor al 3.3% para este año, en buena medida debido al lento crecimiento de los países ricos, el cual podría prolongarse aún en el tiempo.
El FMI ha dicho en su informe publicado esta semana con motivo de su reunión de primavera, que los países ricos (excepto Estados Unidos) se vieron particularmente afectados por una disminución en la producción industrial, sobre todo por la reducción de la demanda de importaciones de la mayoría de los países.
Pero mientras la Organización Mundial del Comercio y el FMI lanzan sus gritos de alarma, el presidente Donald Trump continúa jugando al proteccionismo comercial, amenaza a México con poner aranceles de 25% a sus exportaciones de autos si no detiene el flujo de migrantes y anuncia nuevas tarifas a una serie de productos europeos, obviando las proyecciones de crecimiento mundial publicadas por el FMI.
No obstante, el economista en jefe del FMI, Gita Gopinath, ha esbozado un panorama menos sombrío que en los últimos meses, debido a que los economistas del Fondo están apostando a un desenlace feliz de las conversaciones comerciales entre Estados Unidos y China, bajo un contexto internacional donde las exportaciones chinas se hunden debido a la reducción mundial de la demanda y el lento crecimiento mundial.
Pero mientras los organismos multilaterales que controlan el comercio y las finanzas llaman a una mayor cooperación para impulsar el crecimiento mundial, el presidente estadounidense se dispone a seguir su guerra contra el libre comercio. Ahora Trump, mientras negocia con China el fin de una guerra comercial de baja intensidad, está por abrir un nuevo frente con los europeos. Es por esta razón que las expectativas de crecimiento global del FMI apenas llegan a un 3.3% para este año, una tasa de crecimiento que se ha reducido ya en 2 décimas de punto este año, en comparación con el pronóstico de enero.
Después de que el crecimiento mundial llegara a ser de casi 4% en 2017, cayó en 3.2% en la segunda mitad de 2018. Sin embargo, los aumentos de aranceles en Estados Unidos, China y Europa, así como el problema del Brexit en Inglaterra, las dificultades financieras en Italia y las protestas de los chalecos amarillos en Francia, han vuelto a lanzar una mayor incertidumbre sobre los mercados internacionales. Esto ha hecho que el FMI suponga que la tendencia sobre el crecimiento de la economía mundial continúe en el primer semestre de este año y haya revisado a la baja su pronóstico de crecimiento.

¿Qué espera el FMI para los principales países del planeta en este año?

Supone que el crecimiento del PIB de los países industrializados llegará sólo a una tasa del 1.8%; no obstante, de Estados Unidos espera un crecimiento del 2.8%, gracias a la reforma fiscal implementada y los atractivos fiscales, mientras que para Alemania supone un crecimiento efímero de 0.8%, para Francia 1.3% e Italia 0.1%, argumentando que hay una desaceleración generalizada en la zona del euro, producto de una caída de la confianza empresarial y de los consumidores, las dificultades que enfrenta la industria automotriz alemana, la incertidumbre fiscal y lacaída de la inversión en Italia, así como la crisis provocada por los chalecos amarillos en Francia y la creciente preocupación por el Brexit.
Pero de nuevo, como en otros años después de 2008, son los países emergentes los que están ofreciendo resistencia a la desaceleración mundial, de ahí que se espera de ellos un crecimiento de 4.4% para este año y de China un crecimiento de 6.3%; no es una tasa de crecimiento del 11% o 9% como nos acostumbró durante años, pero su economía muestra una sólida resistencia, pese a las críticas de los países occidentales sobre sus medidas económicas aplicadas para evitar su caída.
El FMI prevé que en los países emergentes y en desarrollo el crecimiento llegue al 4.4% en 2019. Para ello, supone una recuperación en el desarrollo de las economías de Argentina y Turquía, un crecimiento de 2.1 de la economía de Brasil y de apenas 1.6 de Rusia. Mientras que la economía mexicana podría crecer este año en sólo 1.6% y en 1.9% en 2020.
Si atendemos las proyecciones del FMI, en efecto, parece imposible que la economía nacional pueda crecer a una tasa superior del 4% en los próximos dos años; sin embargo, dependerá de la política económica que implemente el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien bien podría estimular el crecimiento si reorienta sus políticas a impulsar el consumo interno y a facilitar, a través de créditos blandos, que una buena parte de los más de 55 millones de mexicanos en pobreza accedan a los mercados, a la compra de bienes duraderos, lo que estimularía a laindustria manufacturera y ayudaría a reducir el impacto negativo de una menor demanda de exportaciones mexicanas en el mundo, creando empleos y generando ingresos en los hogares.
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Por: José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.


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CONTEXTO ECONÓMICO GLOBAL - José Luis Ortiz Santillán

Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.