La guerra comercial llega en mal momento, justo cuando la economía mundial aún se encuentra postrada por los efectos de la crisis de 2008 y la falta de “remedios” para reactivar el crecimiento. Por ahora, los operadores de telefonía celular han comenzado a retirar de sus ofertas de smartphones a los Huawei, preocupados por los problemas para actualizar los sistemas operativos o acceder a la compra de apps, la cual afectará inversiones y fuentes de empleo en el corto plazo, algo que quizá no le importe al presidente Donald Trump, más preocupado por ganar un segundo mandato y cumplir con sus promesas de campaña.
Preocupan efectos de la guerra comercial
Una vez superada la borrachera por las famosas reformas estructurales de 2013 del entonces presidente Enrique Peña Nieto, el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Miguel Ángel Gurría, que no ha dejado de estar presente en el país durante estos meses para dar consejos, ahora se muestra preocupado por los efectos de una guerra comercial, y pide a los líderes del mundo que no provoquen una guerra comercial devastadora, por lo que expresa que la mayor preocupación de es que se produzca una serie de medidas comerciales restrictiva que socavaría el crecimiento mundial, ya de por sí débil.
Explicando las perspectivas de crecimiento mundial de la OCDE, las cuales fueron revisadas a la baja de nuevo, el pesimismo parece apoderarse del organismo multilateral. Gurría explicó que el crecimiento en el Producto Interno Bruto (PIB) mundial será de sólo 3.2% en este año, tres décimas de punto menos que sus predicciones de noviembre pasado y adelantó que en 2020 esperan un crecimiento de 3.4%, siempre que la guerra comercial no empeore.
Futuro incierto
La situación que vislumbra hoy la OCDE es evidente: si las empresas no saben bajo qué condiciones podrán vender sus productos en las diferentes regiones del planeta, cuáles serán los derechos aduaneros que deberán pagar para llevar sus productos a los mercados, no van a invertir ahora; Gurría precisó que “las inversiones de hoy son el crecimiento del mañana, por lo cual es urgente sentarse a la mesa de las negociaciones multilaterales”, en lugar de atizar una guerra comercial que no beneficiará a ningún país, pues de acuerdo a la OCDE, las tensiones han interrumpido el crecimiento, elevado la incertidumbre y reducido la confianza de los inversionistas.
Inversión podría reducirse
A nivel global, la OCDE espera que la inversión se reduzca, y pronostica un incremento de las inversiones de 1.75%, en promedio anual, durante el período 2019-2020, en comparación con alrededor del 3.5% en el período 2017-2018; mientras que el aumento del comercio apenas llegaría a un 2.1% en este año, luego que en 2017 llegara a 5.5%.
La OCDE advierte que la economía de China se está desacelerando y los beneficios del plan de apoyo de Beijing no están garantizados bajo las actuales condiciones de guerra comercial con Estados Unidos. El crecimiento del PIB de China sería de 6.2% este año y 6% el próximo año, por lo que, si la demanda de China se reduce en 2% en esos años, el PIB mundial se desplomará alrededor de 0.8 puntos porcentuales, producto de una caída en sus exportaciones.
¿Y Estados Unidos? Todo bien, gracias
Para Estados Unidos la OCDE pronostica estabilidad. El crecimiento estadounidense sería de 2.8% para este año pero se desacelerará en 2020, para crecer en 2.3%, cuando los estímulos fiscales del presidente Trump lleguen a su fin; mientras que Europa deberá sobrevivir en medio de la debilidad de un crecimiento que no llega, pese a los estímulos monetarios aplicados, por lo que la eurozona sólo podrá crecer en 1.2%.
Pronostican débil crecimiento de México
Esos son los pronósticos de la OCDE para este y el próximo año, nada halagadores para México, para quien pronostica un crecimiento del 2% para este año y del 1.6% para 2020. De esta forma, advertidos los analistas de las dificultades para crecer en el mundo, producto de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la vuelta al proteccionismo del primero, no se podrá responsabilizar al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador; sin embargo, si estimula el mercado interno será posible pensar en tasas de crecimiento superiores a las esperadas.
Por: José Luis Ortiz Santillán
Economista, amante de la música, la poesía y los animales. Realizó estudios de economía en la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad Libre de Bruselas y la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Se ha especializado en temas de planificación, economía internacional e integración. Desde sus estudios de licenciatura ha estado ligado a la docencia como alumno ayudante, catedrático e investigador. Participó en la revolución popular sandinista en Nicaragua, donde trabajó en el ministerio de comunicaciones y de planificación. A su regreso a México en 1995, fue asesor del Secretario de Finanzas del gobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam, y en 1998, fundador del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.