En actitudes propias de la farándula, el cabildo del Ayuntamiento de Pachuca ha dado carpetazo a la reducción de horario de bares y antros que impuso el alcalde Sergio Baños a posteriori del operativo judicial que clausuró a estos centros de esparcimiento por presuntamente hallar irregularidades en bebidas y sustancias prohibidas, después de una trifulca que culminó con una balacera.
En términos estrictos, el pronunciamiento del cabildo del Ayuntamiento de Pachuca no obedece a la instauración ponderada de un protocolo que haya sido producto de una investigación científica de la administración pública en torno al funcionamiento de bares y antros.
Se trata de una respuesta a las presiones del sector comercial que reclama que se evalúe en su justa dimensión un servicio que opera en la anuencia y voluntad ciudadana, pero que debe ser acotado a medidas estrictas de legalidad y seguridad. No obstante, también en esta realidad se encuentra el hecho de que Sergio Baños es empresario y presenta fraternidad hacia los empresarios y al dinero que genera la actividad comercial, por lo que el hecho de que el cabildo reculara en la medida dictada por el alcalde no es un Golpe de Estado que proviene de la conciencia política y administrativa del cabildo, sino de una pantomima que intenta maquillar y encubrir otra metida de pata.
Existen infinidad de ciudades en todo el mundo donde bares y antros circulan de manera legal y donde los parroquianos no son sometidos a violencia ni experimentan violencia. Pero, la cultura de convivencia es armónica, las autoridades realizan protocolos estrictos de convivencia social y venta de bebidas alcohólicas, así como la implementación de operativos constantes de vigilancia. Esta atmósfera suele incidir en el control del ayuntamiento de este giro comercial, haciéndolo seguro y atractivo para los parroquianos y procurando una civilidad expresa para salvaguardar la integridad social.
Los bares y antros han estado presentes desde la antigüedad clásica, son una radiografía occidental de vinculación social y no desaparecerán.
Sin embargo, es estridente la pantomima del Golpe de Estado que el cabildo del Ayuntamiento de Pachuca le ha “propinado” al alcalde Sergio Baños. En realidad se trata de un montaje, de una escenificación teatral que intenta hacer ver que la racionalidad se impone; lo cual encubre que la impericia que caracterizó a este cabildo, invariablemente, estuvo dando bandazos y ocurrencias que ha creado un clima enrarecido y proclive a los desencuentros sociales y a la anarquía de su administración pública.
Es evidente que el sector comercial, no sólo de bares y antros, juega un papel importante en una ciudad de servicios como Pachuca, por lo que sus presiones hacia el cabildo y la gubernatura se han hecho sentir; por ello se han creado nuevas iniciativas desde el cabildo para preservar el statu quo de las relaciones mercantiles y comerciales, pero sin el peso de estudios de factibilidad de protocolos que garanticen que bares y antros se convertirán en centros seguros de convivencia social y “sano esparcimiento”.
Estamos frente a un escenario de pantomima y simulación administrativa del cabildo de Pachuca. Es el reflejo de las parafernalias y escenificaciones superfluas que han primado durante la administración de Sergio Baños. La credibilidad y legitimidad de las acciones del cabildo de Pachuca son precarias e inverosímiles para la ciudadanía, que no da crédito a las acciones e inconsistencias que provienen de su administración.
Cerrando con bombos y platillos la administración del Ayuntamiento de Pachuca.
¿Golpe de Estado o pantomima de Sergio Baños?
