La profundización en las investigaciones de personajes que durante la administración de Omar Fayad fungieron como presidentes municipales o titulares de alguna dependencia, y que están acusados de malversación de fondos, abuso de atribuciones y poder, explica el génesis y las estrategias del peculado en Hidalgo.
El peculado, como un ilícito que enuncia la falta de probidad y ética en el servicio público, tiene como base: I. El control de la toma de decisiones en un reducido staff administrativo; II. Un nivel jerárquico de autoridad con estructura vertical descendente; III. Concentración y disposición de recursos económicos y conocimiento de planes, programas y vínculos organizacionales; IV. Secrecía y verticalidad de la información pública.
Si bien estos componentes permiten entender cómo se origina el peculado, no son la raíz de la corrupción e impunidad de las acciones de la clase política; la raíz se encuentra en la degradación del antiguo régimen que en gran medida engrosó al Partido Revolucionario Institucional, el cual generó una lógica de abuso de poder que encubrió cadenas de corrupción e impunidad, utilizando a la estructura político-jurídica del Estado bajo esquemas de control de los poderes públicos, donde esta clase era juez y parte no sólo de la realidad política, sino de la realidad social.
La aguda descomposición de la clase política en Hidalgo proviene del antiguo régimen, pero también tiene rémoras y sátrapas de la política en el presente. Recordemos que Morena Hidalgo no se conforma exclusivamente por una clase política pulcra y depurada; es una amalgama polivalente del espectro político partidista tradicional y de la nueva ruta de militantes guindas que ahora se ha visto infiltrada por los “grupos políticos independientes”, por lo que el gobierno de Julio Menchaca Salazar no está exento de las anomias del peculado, porque la raíz de la corrupción e impunidad del antiguo régimen no se arranca por decreto.
Esta realidad explica por qué la procuración de justicia y democracia efectuada bajo la dirección de Santiago Nieto no sólo ha develado la Estafa Siniestra, sino que ha expuesto prácticas y lógicas que perviven en Hidalgo.
Menchaca Salazar y su equipo de asesores deben implementar protocolos de prevención en la probidad pública que tomen en cuenta las bases que soportan al peculado, bajo la perspectiva y prospectiva de que la casa no se limpia sólo de la basura que se ha acumulado en el pasado, sino también en el presente.
En este escenario, el peculado señalado en el municipio de Tlaxcoapan, las anomias de probidad en Yahualica y la detención de exfuncionarios públicos no causan sorpresa, simplemente exponen que la problemática de corrupción e impunidad no se persigue de escritorio, sino tal y como se ha hecho: en la inteligencia de la investigación judicial como la efectuada por el gendarme custodio Santiago Nieto.
Es imperativo para la administración de Julio Menchaca emular la estrategia del presidente López Obrador: “A Dios rogando y con el mazo dando”, la cual no es perfecta, pero ha aleccionado y contenido más de un apetito de la clase política del antiguo régimen y de la realidad política presente.