Tras haber conseguido reconocimiento internacional como actor, Gael García Bernal trata ahora de obtener un status similar como director.
Casi una década después de su debut como realizador con Déficit, ha seleccionado ahora un tema tremendista al estilo de Los olvidados, pero obviamente sin el talento de Luis Buñuel.
El filme, presentado en Cannes fuera de concurso, está basado en un relato de Augusto Mendoza, ambientado en el barrio bravo de San Gregorio de Atlapulco en Xochimilco.
La pareja de amigos, el cagalera (Benny Emmanuel, el arielado niño de La infancia diez años después), y Moloteco (Gabriel Carbajal) se ganan la vida como payasos-asaltantes, pero sueñan con algo más que los haga salir de la miseria.
Es entonces que al primero se le ocurre secuestrar al hijo del carnicero, sin pensar que está a punto de provocar una tragedia en el barrio.
El tremendismo está apoyado por sólidos actores como Daniel Giménez Cacho, Dolores Heredia y Enoc Leaño, que ofrecen un sórdido retrato de miseria y violencia para exportación.
Chicuarotes resulta pues una colección de clisés violentos que a la mejor impresionan en el extranjero, pero que seguramente no atraerán a un público nacional que vive esa situación cotidianamente.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.