Tomado del documento: Momento decisivo (XII)
La educación superior en América Latina y el Caribe. Resumen.,
publicado por el Banco Mundial
“Cuando las sociedades escogen un paradigma de acceso como parte de su estrategia para formar capital humano, deben tomar conciencia de las disyuntivas entre el acceso y la graduación. El análisis de la experiencia de Estados Unidos resulta instructivo, pues allí el porcentaje de graduados de educación secundaria que se matriculó en educación superior aumentó del 48 por ciento para los graduados en 1972 al 70 por ciento para los graduados en 1992, pero el porcentaje de los estudiantes universitarios que se graduaron se redujo del 50,5 por ciento al 45,9 por ciento, respectivamente.
El empeoramiento de este resultado en Estados Unidos podría haberse debido a una reducción del nivel de preparación académica de los estudiantes o a factores relacionados con las Instituciones de Educación Superior (IES), por ejemplo, la reducción de los recursos por estudiante de las IES, o el tipo de IES elegida en primer lugar. La evidencia disponible indica que la mayor parte del deterioro en la tasa de graduación puede atribuirse al cambio en factores asociados con las IES.
Dicho de otro modo, expandir la matrícula sin un aumento simultáneo en los recursos, sobre todo en IES de acceso abierto (IES públicas no selectivas e IES con programas de dos años), ha sido la causa principal de la reducción reciente de las tasas de graduación en Estados Unidos.
Dado que la región de América Latina y el Caribe necesitan formar capital humano calificado rápidamente, la provisión de apoyo a los estudiantes que no están académicamente preparados podría jugar un papel, bien sea mediante programas compensatorios o a través de otros programas de tutorías, orientación y asesoramiento. Lo importante es que, dependiendo del paradigma de acceso que adopte cada país, las expansiones adicionales del acceso podrían requerir recursos adicionales (sean del sector público o del privado) para compensar al menos en parte por el menor nivel de preparación académica de los estudiantes “nuevos”.
Aunque puede que las sociedades decidan destinar recursos adicionales a la educación superior, deben tomar conciencia de su costo de oportunidad, que incluye la mejora de los sistemas de educación primaria y secundaria que preparan a los futuros estudiantes de educación superior.
Incentivos, competencia y elecciones, monitoreo e información.
La evidencia presentada, así como los incentivos en algunos de estos sistemas de educación superior, sugieren que estos podrían no estar funcionando de modo eficiente y que podría haber margen para mejorar la eficiencia. Para superar el momento decisivo actual hay que darle un papel importante a los incentivos, la competencia y las elecciones, así como al monitoreo y la información.
A los estudiantes que reciben financiamiento público, deben dárseles incentivos para graduarse y para hacerlo a tiempo. Es posible que la gratuidad universal (especialmente cuando se combina con la admisión sin restricciones) no logre este objetivo, pero las subvenciones de matrícula basadas en el desempeño podrían conseguirlo. Los préstamos con sanciones por impago podrían suponer un incentivo incluso mayor. Dado el clima fiscal actual de fondos públicos limitados, el diseño cuidadoso de préstamos para estudiantes puede ser necesario en el debate sobre las políticas.
En general, el diseño de un sistema de financiamiento eficiente, responsable y equitativo sigue siendo un punto importante en la agenda de la educación superior de la región. Además, a las instituciones se les deben dar incentivos para que contribuyan al éxito de los estudiantes; su suerte debe estar ligada a la de sus estudiantes. Estos incentivos no existen cuando, por ejemplo, las IES públicas reciben financiamiento público sin tener que rendir cuentas, ni cuando las IES privadas reciben financiamiento público (en forma de ayuda financiera para los estudiantes) independientemente de los resultados de los estudiantes.
Los incentivos son cruciales para abordar el hecho preocupante de que sólo la mitad de los estudiantes matriculados de la región terminan sus estudios con 25–29 años y que alrededor de la mitad de los que abandonan lo hacen durante el primer año de sus programas. Puede que haya factores institucionales o curriculares que contribuyan a esta situación. Por ejemplo, los estudiantes de la región normalmente tienen que elegir un programa en su primer año en la universidad en lugar de cursar asignaturas generales, como sucede en Estados Unidos.
Si una vez iniciado un programa, el estudiante se percata de que ha sido una mala elección a la vista de sus habilidades o preferencias, podría tener que comenzar otro programa desde el principio o lograría convalidad sólo unos pocos créditos.
Mientras que la mala adaptación a la educación superior podría hacer que algunos estudiantes abandonen los estudios en cualquier sistema, las rigideces curriculares podrían ser la causa de que incluso más estudiantes abandonen. Por añadidura, puede que los sistemas de asesoramiento y apoyo a los estudiantes no sean tan fuertes en América Latina y el Caribe como en Estados Unidos, lo que contribuiría a la desorientación estudiantil durante el primer año en la universidad.
Además, el hecho de que aproximadamente el 30 por ciento de los estudiantes que abandonan el sistema lo hagan después de cuatro años cuestiona la duración e idoneidad de los programas. Si bien cuatro años de cursos no bastan en muchos países de la región para que un estudiante obtenga un título de contable, quizás deberían bastar para titularse de un programa más breve que evite que el estudiante abandone la universidad sin ningún título.
La promoción de la diversidad y la competencia entre las IES y los programas puede dar a los estudiantes más opciones y permitirles encontrar la mejor opción. No obstante, los estudiantes necesitan medios económicos para poder elegir.
Cuando el financiamiento público está restringido a las IES de modo que éstas pueden establecer matrículas gratuitas o subvencionadas, las IES privadas compiten en desventaja. Ya que algunas IES y programas privados podrían ser una mejor opción para algunos estudiantes que sus pares públicos, este tipo de financiamiento restringe las elecciones de los estudiantes y limita la competencia.
Mientras que la participación pública en el financiamiento de la educación superior está motivada por la existencia de externalidades y restricciones a la liquidez, no es obvio que el financiamiento público deba canalizarse mayoritariamente (o exclusivamente) hacia las IES públicas.
Al igual que en otros ámbitos de la vida económica caracterizados por las asimetrías de información generalizadas, el monitoreo y la regulación pueden mejorar los resultados. Tanto los estudiantes como el hacedor de política pueden monitorear a las instituciones. No obstante, el monitoreo es más costoso para algunos estudiantes que para otros, por lo que es especialmente necesario que el hacedor de política monitoree a las IES a las que van los estudiantes “nuevos”, quienes podrían tener menos acceso a la información o una menor capacidad para procesarla. La regulación cuidadosa y los procedimientos de acreditación, por ejemplo, pueden lograr este objetivo”.
(Continuará)
Por: Roberto Diez Gutiérrez
Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Maestro en Educación con especialidad en Comunicación. Maestro Humanidades con especialidad en Educación. Doctor en Humanidades con opción en Educación. Beca al Mérito Académico de la Secretaría de Educación Pública Federal. Fui corresponsal en el Estado de Hidalgo para Organización Radio Centro, Organización Impulsora de Radio y Cadena Radio Centro. Profesor en el Tecnológico de Monterrey (Querétaro e Hidalgo); en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Universidad INECUH de Tizayuca, Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID-Tula) y Universidad La Salle Pachuca. Rector de la Universidad Científica Latinoamericana de Hidalgo (UCLAH); Director General del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Hidalgo (CECyTEH); Director General de Educación Media Superior del Instituto Hidalguense de Educación Media Superior y Superior (IHEMSyS) y Director Técnico del Instituto de Crédito Educativo del Estado de Hidalgo y Secretario Técnico del Consejo Estatal de Población en Hidalgo. Director General de Proyectos y Programas de Apoyo a la Educación de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo. Presidente de la Comisión de Educación y Cultura del Consejo Consultivo Ciudadano del Estado de Hidalgo. Colaborador en diversos medios impresos y electrónicos del Estado. Rector de la Universidad Tecnológica Minera de Zimapán (UTMZ). Ex Rector de las Universidades Tecnológicas Minera de Zimapán y Bilingüe de Mineral de la Reforma.