Hace la friolera de 36 años, el cineasta norteamericano Tim Burton consiguió uno de sus filmes más divertidos Beetlejuice, sobre un fantasma que era contratado por el matrimonio recientemente fallecido de Adam (Alec Baldwin) y Barbara (Geena Davis) para que los nuevos inquilinos de su casa, la familia Detz, la abandonaran.
La verdadera estrella del filme era Michael Keaton como ese fantasma chocarrero que de acuerdo al guion de Alfred Gough y Miles Millar, regresa para tratar de conquistar a la médium Lydia (Winona Ryder), quien está a punto de casarse con su productor Rory (Justin Theroux),
Burton ha introducido a nuevos personajes como Delores (Mónica Belucci, su esposa en la vida real) que es la cónyuge engrapada del fantasma, que lo busca para chuparle el alma, y el policía del inframundo Wolf Jackson (Willem Dafoe), que tratan de dar nueva vida a la franquicia.
Se trata de la cinta más divertida de Burton de los últimos tiempos sobre Dumbo y las Alicias, recobrando su vena creativa.
Beetlejuice Beetlejuice resulta pues una cinta divertida que nos hace concebir la esperanza de que Burton haya retomado el buen camino.
Por: Jorge Carrasco V.
Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Periodista activo desde 1981 en diversos medios. Especialista en temas internacionales, deportes y espectáculos. Autor de biografías sobre Pedro Infante y Joaquín Pardavé de Editorial Tomo.
