Estalla la violencia en Hidalgo: ¿a quién culpar?

Ayer despertamos con la noticia de 3 personas ejecutadas en el municipio de Tezontepec de Aldama, al parecer, eran “huachicoleros”. Más adelante, durante el transcurso del día, se encontró el cadáver de otra persona en el mismo municipio y después se halló un cuerpo sin vida en un canal de aguas negras en Tlaxcoapan, lo que hace plantearse los motivos para que existan 5 muertos en un solo día.

El problema de seguridad en el estado debe su exponencial crecimiento a diversas causas, entre las que podemos destacar, en primer lugar, el hecho de la cercanía con la Ciudad de México y el Estado de México, que conservan un alto índice delictivo desde hace varios años.

Hidalgo ha destacado por ser una entidad bastante tranquila, pero que recientemente ha sido afectada por funcionar como alojamiento a distintos grupos de personas, es decir, que gran parte de la población hidalguense no es originaria del estado, lo cual nunca antes había representado problema alguno, hasta que destacó la migración de grupos de delincuentes.

En segundo término podemos percibir cómo es que las estrategias de seguridad establecidas en el estado han rendido fruto a tempranas fechas, pues al ser perseguidos, los delincuentes tienden a entrar en crisis internas que se proyectan con consecuencias como las ejecuciones perpetradas entre dichos grupos delictivos.
En un tercer apartado resurge la idea sobre la coincidencia entre crímenes de alto impacto y la presentación de logros importantes del gobierno estatal, como lo fue recientemente la estrategia de seguridad.

Diversos grupos han sido señalados como probables orquestadores de un plan para hundir los logros de los inquilinos de la Plaza Juárez con la finalidad de que dicho grupo no perdure en el tenor político, esto debido al resentimiento que albergan en contra del gobernador, quien ha encabezado una fuerte lucha anticorrupción para erradicar privilegios desmesurados entre la clase política.

Mucho se ha comentado sobre la instalación de algunos exfuncionarios estatales en entidades circunvecinas, que tienen como tarea diaria buscar incrementar el número de crímenes en Hidalgo y así poder decir que la época de mayor seguridad fue la del sexenio anterior.

Un dato interesante es que la ubicación de los mayores puntos de huachicoleros se establece en regiones que políticamente responden a líderes del grupo saliente de exfuncionarios, lo que hace pensar en la cantidad de casualidades existentes.
Podrían conectarse sospechosamente diversos eventos que surgen con especial fuerza en el año 2017, lo cual quiere decir que las medidas de ciertos temas corresponderán en su totalidad a la nueva administración pública, creando una imagen de abismal diferencia con el ejercicio del exgobernador que “traía mejores números”.

Después debemos puntualizar la cercanía del primer informe del gobernador Omar Fayad Meneses, quien tiene distintos logros que presentar a la ciudadanía que confió en sus capacidades para gobernarlos, lo que desata la molestia de algunos grupos políticos que esperan disminuir los números de aceptación ciudadana.
Esto como parte de una vendetta política o simplemente una obsesión por volver a acceder al poder, son motivos que difícilmente se darán a conocer pero que se rumoran en todos los pasillos.

Lamentablemente para los hidalguenses, las acciones del gobierno estatal ahora se tienen que dividir en el servicio a la población y la defensa ante los constantes golpes atestados.